He olvidado
el arrullo del viento
y el rumor de la mar
que nace en las caracolas.
He olvidado
los colores del arcoíris
y las luces de las luciérnagas
en las cálidas noches de verano.
He olvidado
el eco de la palabra “amor”
y el canto mágico
de las aves al amanecer.
He olvidado
la suave caricia de tu piel
y el mirar risueño
de unos ojos enamorados.
He olvidado
la luz
y las sombras
y los sueños
y el amarillo de los girasoles bajo el sol.
He olvidado
la lluvia
y la agradable calma
que precede la pertinaz tormenta.
He olvidado
la sonrisa de un niño
y el abrazo eterno
de la despedida de un amigo.
He olvidado…
he olvidado olvidar
tan solo recuerdo
mis ojos entornados
frente al espejo
y una suave voz susurrándome ‘ven, ya te espero’.
el arrullo del viento
y el rumor de la mar
que nace en las caracolas.
He olvidado
los colores del arcoíris
y las luces de las luciérnagas
en las cálidas noches de verano.
He olvidado
el eco de la palabra “amor”
y el canto mágico
de las aves al amanecer.
He olvidado
la suave caricia de tu piel
y el mirar risueño
de unos ojos enamorados.
He olvidado
la luz
y las sombras
y los sueños
y el amarillo de los girasoles bajo el sol.
He olvidado
la lluvia
y la agradable calma
que precede la pertinaz tormenta.
He olvidado
la sonrisa de un niño
y el abrazo eterno
de la despedida de un amigo.
He olvidado…
he olvidado olvidar
tan solo recuerdo
mis ojos entornados
frente al espejo
y una suave voz susurrándome ‘ven, ya te espero’.