Yo conocí el secreto del fuego
mucho antes que el primer
bosque se incendiara.
Antes aún de aquella
hoguera,
antes de
la llama.
Como todos los hallazgos
fue accidente,
tropezar con la chispa en tu palabra,
y después, ¿qué remedio?:
encenderme
con el roce casual de tu mirada.