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PUENTE ALMUHEY: Pero el niño, ¡que solo dormia!...

Pero el niño, ¡que solo dormia!
¡Me daba una lástima
recordar que en los campos desiertos
tan solo pasaba
las noches de junio
rutilantes, medrosas, calladas,
y las húmedas noches de octubre,
cuando el aire menea las ramas,
y las noches del turbio febrero,
tan negras, tan bravas,
con lobos y cárabos,
con vientos y aguas!..
Recordar que domido pudieran
pisarlo las vacas,
mordele en los labios
horrendas tarántulas,
matarlo los lobos,
comerlo las áquilas!...
¡Vaquerito mio!
¡cuan amargo es el pan que te daba!