A mí, don Benedicto me pareció siempre una versión leonesa de Charlton Heston. Vestía de sport laboral, con sombrero, y andaba a grandes zancadas.
Hubo un tiempo en que se obró en él un cambio místico y solía bajar a casa libros que eran de la iglesia, para leerlos y luego comentarlos con el párroco.
De todas maneras, y con tanto hijo, ya le tocó trabajar al hombre...
Charly.
Hubo un tiempo en que se obró en él un cambio místico y solía bajar a casa libros que eran de la iglesia, para leerlos y luego comentarlos con el párroco.
De todas maneras, y con tanto hijo, ya le tocó trabajar al hombre...
Charly.