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POZOS: EDAD CONTEMPORáNEA En el V siglo XIX aparece Cabrera...

EDAD CONTEMPORáNEA

En el V siglo XIX aparece Cabrera Alta en el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, año 1845-1850: La población se mantiene cercana a los setecientos vecinos. Se continúa con el cultivo del centeno, lino, patatas, legumbres y pastos. Cría de ganado: vacuno, lanar y cabrío, principalmente. Algunos telares de lienzo del país funcionaban en Villar del Monte, Quintanilla de Yuso, Valdavido, Iruela, Villarino y Truchas, donde también se tejían “paños ordinarios” y había un batan. La recría de mulos o “muletas” se centra en los pueblos de Truchas, Iruela, Valdavido y Villarino. A los dos o tres años se llevaban a vender -según Madoz- a ferias de Andalucía: “muletas que recrían hasta los dos o más años, llevándolas a la feria de Mairena” (Truchas) o “recriación de muletas que llevan a Andalucía a los dos o tres años” (Valdavido). También Madoz nos da cuenta de las Escuelas de primeras letras que había en lugares de la Cabrera Alta: en Iruela, Manzaneda. Pozos, Quintanilla de Yuso, Truchas y Villar del Monte. En Manzaneda, la escuela era por temporada: “escuela de primeras letras por temporada con la dotación de treinta reales y el honorario de los veinte niños que la frecuentaban”, este pueblo tenía en aquella época 56 vecinos. Y en Iruela, con 50 vecinos: “escuela de primeras letras, sin dotación fija, a que asisten veinte niños”. La escuela de Pozos estaba “dotada con 250 reales” y a ella asistían unos veinte niños, con una población de 22 vecinos. La dotación de las escuelas solía correr a cargo de los Ayuntamientos, o complementarse con la aportación de los propios alumnos, en dinero o en especies. Según otra fuente documental del año 1884 (Juan Sáez de Parayuelo y Gallarza) en la Cabera Alta había Escuelas permanentes en Corporales, Manzaneda, Quintanilla de Yuso y Truchas. La dotación de estas escuelas permanentes salía del presupuesto municipal y, en muchos casos, el personal y material de las escuelas públicas de primera enseñanza se incorporaban a los presupuestos generales del Estado.