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Antruejo de Omaña: La Zafarronada de Riello

“La máscara no esconde… representa” (Calvo Brioso, 2012)

Entre el rico, vasto y extraordinario patrimonio inmaterial de la Montaña Leonesa se encuentra la “Zafarronada de Riello”, mascarada de invierno de la comarca de Omaña. Esta tradición se perdió a mediados del siglo pasado, pero afortunadamente fue reconstruida en 1987 por la Asociación Cultural Omaña y recuperada en 1997 por la Asociación Ares de Omaña.

La primera descripción de la festividad proviene de un artículo firmado por el padre César Morán publicada en 1931 en la revista del museo Antropológico Nacional, como bien lo transcribe el autor González Fernández en su obra: “Desde el sábado hasta el martes de Carnaval, comparsas de mozos (en la mayoría de las ocasiones los Quintos que irían a cumplir el servicio militar) se disfrazaban de diversos personajes para salir en sus pueblos y visitar los pueblos vecinos haciendo parodias al tiempo que pedían de casa en casa”.

En el Boletín de la Asociación Cultural Omaña, Nº2 (1987), David Gustavo López relata con riquísimos detalles la celebración del retorno del Antruejo Omañés entre los días 28 de febrero y 1 de marzo de 1987, tras treinta años de desaparición.

En tiempos pasados, el Antruejo de Omaña duraba 3 días, solía iniciarse en el Domingo Gordo y terminar el martes de Carnaval. José María Hidalgo Guerrero comparte con nosotros algunos recuerdos del Antruejo de Riello. Nos cuenta que cuando era pequeño, y realizaban la Matanza en el pueblo -del cerdo y de la vaca para hacer la cecina-, guardaban los cuernos para que los niños confeccionasen el personaje del “toro” en la escuela y luego lo llevasen durante la “zafarronada”.

Actualmente se han perdido algunos personajes, pero el rito se ha mantenido con la única diferencia de que los actos se concentran en un solo día, el Sábado Frisolero.

El rito

La comitiva, formada por una serie de personajes, detallados a continuación, recorre las calles de distintos pueblos de Omaña, montados en el remolque de un tractor, terminando en Riello. Como se solía hacer antiguamente, pasan casa por casa pidiendo el aguinaldo (dinero o especie: huevos, chorizo, etc.) para luego poder celebrar una fiesta, la llamada “Zampada” de los jóvenes.

Los “zafarrones” llevan la tea encendida, saltan, hacen sonar sus cencerros, arrojan cenizas a los viandantes, entran en alguna que otra casa o bares emitiendo gritos y asustando a la gente. El “toro” intenta cornear a las mozas, mientras el “torero” pretende pararlo con pases de muleta y se tocan indiscriminadamente las campanas de las Iglesias de los pueblos.

El acto en Riello empieza al atardecer, sobre las 6 y media de la tarde, y tiene la duración de aproximadamente una hora y media. Se enciende una hoguera delante de la plaza de la Iglesia con un doble fin: el de calentarse y el de encender las raíces de urces de los “zafarrones”. Allí se reúnen los vecinos y la “zafarronada” procede con el toreo, tiznado (especie de bautismo carnavalesco) y petardada.

Los “zafarrones” hacen sonar sus cencerros alrededor de la hoguera portando en sus manos ramas y raíces, y encienden sus naturales teas, creando figuras fantasmagóricas. Cuando la hoguera pierde su fuerza es hora de cambiarse para ir al baile de disfraces y chocolatada. En los últimos años la merienda también contó con un tradicional plato de patatas con jabalí, pan y vino.

El autor, y gran investigador del tema, David Gustavo López nos puntualiza que los significados de los personajes y elementos del Antruejo de Riello son muy similares al de otros sitios, como el Antruido de Riaño. López señala que la teoría sobre el origen de los zafarrones remonta a las “máscaras” de los cultos animistas, pudiendo tratarse de antepasados del grupo social o de sus tótems. También nos detalla el significado de los principales elementos del rito:

La hoguera: casi siempre procede de antiguos ritos purificadores.

Las cenizas que se arrojan sobre los vecinos del pueblo: cernada, procedente del lavado-aclarado de la ropa con ceniza y agua hirviendo. Es un ritual de purificación y fecundidad.

Los cencerros: son espantadores de malos espíritus y fuerzas maléficas. En algunos sitios dicen que sirven para despertar a las fuerzas vivificantes de la tierra, al acercarse la primavera.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Opino diferente...... La mascara misrepresenta.... es su solo proposito.....