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MANZANEDA DE OMAÑA: El saber popular de la zona de Omaña, plasmado en su...

El saber popular de la zona de Omaña, plasmado en su habla, en un libro
20-11-2010 / 13:50 h EFE

Decir "estar alombrizao" para describir un aspecto físico endeble, "estar amontonao" para definir a una pareja que vive bajo el mismo techo y no está casada o "juntar los mejos" para aludir al acto sexual son expresiones recurrentes en la zona leonesa de Omaña recogidas en un libro.

"El habla tradicional de la Omaña Baja", de la escritora y filóloga leonesa Margarita Álvarez (Paladín, León, 1953), recopila las características del habla de los habitantes de esta parte leonesa en el último medio siglo, a la que define como un "castellano leonesizado" o "leonés castellanizado".

La obra recoge un vocabulario de más de 2.500 palabras, unas quinientas frases populares y refranes, y hace un estudio de la toponimia más repetida en esta zona leonesa, ha explicado a Efe su autora.

"Coger el dos", "dar una escarciana", "dar una rabiscada" o "llevar una polvorera" son expresiones típicas para indicar que alguien se va a dar un paseo, como lo es declarar que alguien "anda mal de los remos" para decir que camina con dificultad por tener las piernas mal o manifestar que una persona ha "cogido una trucha" cuando se ha mojado toda la ropa.

Chuleta, níspero, galleta, tomiscón, soplamocos o mosquillón son algunos sinónimos utilizados para denominar al golpe que alguien recibe en estos pueblos, donde "decir que nones" es negar algo con rotundidad, "estar con una lundre" es estar rollizo o "hacer jurapias" es entretenerse trasvasando agua u otro líquido de un cacharro a otro o de una mano a otra.

Cuando alguien de Omaña está despistado se dice que "mira pa'las apabardas", cuando es anciano y es pesimista sobre su futuro dice que "está pa la ceba", cuando ve algo oxidado o muy sucio asegura que está "morroñoso", cuando coge a un niño en brazos lo hace "arrujas" y cuando estornuda "esperría".

Entre los refranes que utilizan sus gentes se encuentran algunos que hacen alusión a las labores del campo, como "poda tardío y siempre temprano, y recogerás uva y grano" o "la gallina y la vaca por el pico dan la nata" para denotar la necesidad de alimentar bien a los animales si se quiere que sean productos.

Otros son reflejo del saber popular, como "si te pica un escorpión, con la pala y el azadón; si te pica una salamanquesa, con la pala y la aresta" para aludir a que la picadura de ambos animales es mortal o "vale más un dame que dos te daré" para aconsejar en que hay que aprovechar lo que se tiene seguro y desconfiar de las promesas futuras.

"Si nos duele un dedo, el dolor procede de nuestras manos, pero si lo hace una deda, el dolor procede de un dedo del pie. Si tenemos mala cara estamos abufarraos. Si nos quejamos, damos agraídos. No nos salen ampollas, sino bojas o tortollos y si se nos infecta una herida nos sale un teto de pus", ha detallado Álvarez.

Rasgos como el conservar la "f" inicial del latín que tiene "h" en castellano (forca para referirse a la horca o felechos para denominar a los helechos), el uso del diptongo "ie" en lugar de la letra "e" sola en algunas palabras (oriégano en lugar de orégano) son propios de los pueblos de esta parte del norte de la provincia leonesa.

La mecanización de las labores del campo y la escolarización de los habitantes de la Omaña baja leonesa han hecho que buena parte de estas expresiones corran riesgo de perderse, ha asegurado la autora, quien comenzó este trabajo en 2001.

Editado por Lobo Sapiens, este trabajo de 301 páginas cuenta con un prólogo de la catedrática de la Universidad de León (ULE) Janick le Men y con un epílogo del periodista Emilio Gancedo.

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