Mira MATAS, esta foto pertenece a este testo:
Un paisano sobre una vara, un filósofo
Cada pueblo debería tener un vecino de guardia, un paisano hablador apoyado sobre la vara para que conversara un rato con quienes llegan hasta el lugar con ganas de conocer y encuentran las calles vacías, se desesperan al ver que se mueven los visillos de alguna ventana pero nadie se asoma, intuyen que hay alguien detrás de la sebe pero no alcanzan a verlo... o el único que aparece va montado en su enorme tractor y siempre parece tener mucha prisa, pasa sin decir nada o hace un leve gesto con la cabeza.
Cada pueblo debería tener un paisano de guardia como este de la imagen, de Felechas, al que le preguntas por la casa del vecino al que el lobo le mató casi 100 ovejas y no te indica el camino sino que te dice ‘‘sígame, vamos para allá’’.
El afectado te cuenta la noticia. El vecino pone la filosofía, argumenta que nadie quiere volver a los pueblos porque todo son inconvenientes, que es muy fácil defender al lobo pero alguien tiene que defender a los paisanos, que aquí, para decir verdad, todos queremos ser ministros y no hay nadie que se agarre a un pico y una pala y al que se agarra lo machacan.
Suena extraña la voz de la cordura, las reflexiones nacidas de la experiencia. Deberían subvencionarlas.
http://www. lacronicadeleon. es/2012/02/09/fotografia. html
Un paisano sobre una vara, un filósofo
Cada pueblo debería tener un vecino de guardia, un paisano hablador apoyado sobre la vara para que conversara un rato con quienes llegan hasta el lugar con ganas de conocer y encuentran las calles vacías, se desesperan al ver que se mueven los visillos de alguna ventana pero nadie se asoma, intuyen que hay alguien detrás de la sebe pero no alcanzan a verlo... o el único que aparece va montado en su enorme tractor y siempre parece tener mucha prisa, pasa sin decir nada o hace un leve gesto con la cabeza.
Cada pueblo debería tener un paisano de guardia como este de la imagen, de Felechas, al que le preguntas por la casa del vecino al que el lobo le mató casi 100 ovejas y no te indica el camino sino que te dice ‘‘sígame, vamos para allá’’.
El afectado te cuenta la noticia. El vecino pone la filosofía, argumenta que nadie quiere volver a los pueblos porque todo son inconvenientes, que es muy fácil defender al lobo pero alguien tiene que defender a los paisanos, que aquí, para decir verdad, todos queremos ser ministros y no hay nadie que se agarre a un pico y una pala y al que se agarra lo machacan.
Suena extraña la voz de la cordura, las reflexiones nacidas de la experiencia. Deberían subvencionarlas.
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