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MANZANEDA DE OMAÑA: ¡Hola, Marilín! Creía que no había nadie! Me has pillado...

De Folloso hacia Rosales

La abundancia de arboleda y su referente latino folium, dejó el topónimo de Folloso para este linajudo pueblo
de La Lomba. El curioso viajero, que después de leer el magnífico trabajo con que Pío Cimadevilla nos ha obsequiado en su Repertorio Heráldico Leonés, contrastará in situ el hermoso escudo de los «Tu-Sin-Nos», que todavía se conserva —por poco tiempo, si alguien no lo remedia— en el frontón de un vetusto día y derruido palacio en el que se asegura que vivió la dulce Mirabrina, aquella noble omañesa que disfrutó de las mieles
del noviazgo y posteriores esposorios con el señor de Valbarca, ambos procedentes del tronco de los Tusinos, cuyas armas se remontan a los primeros blasones de La Reconquista, pues fue concedido por el propio Rey
Pelayo a uno de sus capitanes.
Después, en lo más alto de La Lomba, el regalo placentero del pueblo de Rosales, que su mismo nombre indica ya la sensibilidad de sus gentes y la amenidad del entorno.
Allí, precisamente, tuvo la cuna el eminente agustino César Moran, un incansable viajero que recorrió con detalle nuestra provincia, a principios del siglo XX, dejando escrito de ello un bello libro: Por Tierras de León, en el que detalla minuciosamente los paisajes y paisanajes de su tiempo.
El pueblo de Rosales, en reconocimiento a los muchos méritos que a lo largo de su vida brindó del Padre César Moran, le dedicó hace unos quince años un monolito que recuerda las virtudes y saberes del que fuera su hijo predilecto.

¡Hola, Marilín! Creía que no había nadie! Me has pillado con la magdalena en la boca...
¿Cómo te va, cómo estás?
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Muy bien gracias, por aquí ando limpiando la casa que buena falta le hace ¿y tu, que tal?