Tranquilidad y diversión a precios económicos son los principales ingredientes para disfrutar del verano en los pueblos de la provincia leonesa. La crisis económica favorece que los pequeños municipios se conviertan en un destino vacacional cada vez más demandado. La vuelta al ‘verano’ en casa de familiares o el alquiler de una vivienda por un mes o una quincena se convierte en una alternativa idónea para pasar unos días de vacaciones y descanso sin que esto afecte demasiado a los bolsillos.
A nivel general, el medio rural experimenta un notable aumento de la población que en algunos puntos llegan a duplicarse o triplicarse.
Diversiones a coste cero
Las vacaciones en el pueblo no tienen porque ser un sinónimo de gastos, al margen de los derivados de la comida y alquiler o alojamiento. En materia de ocio, los euros no están reñidos con la diversión y existen múltiples propuestas para pasar un buen rato a coste cero. Ríos y embalses acogen durante estos meses a quienes optan por darse un chapuzón, al que va unido una buena comida o merienda campestre. Como en los viejos tiempos y ataviados como su de los clásicos ‘domingueros’ se tratase, familias enteras disfrutan de estos ratos estivales dándose un buen chapuzón o buscando la sombra, dependiendo de la edad ydel gusto.
Otra de las alternativas para pasar un buen rato reside en la belleza natural de los pequeños pueblos. Se trata de valles y montañas que descubrir a través de caminatas y rutas, como otra de las opciones más solicitadas
A nivel general, el medio rural experimenta un notable aumento de la población que en algunos puntos llegan a duplicarse o triplicarse.
Diversiones a coste cero
Las vacaciones en el pueblo no tienen porque ser un sinónimo de gastos, al margen de los derivados de la comida y alquiler o alojamiento. En materia de ocio, los euros no están reñidos con la diversión y existen múltiples propuestas para pasar un buen rato a coste cero. Ríos y embalses acogen durante estos meses a quienes optan por darse un chapuzón, al que va unido una buena comida o merienda campestre. Como en los viejos tiempos y ataviados como su de los clásicos ‘domingueros’ se tratase, familias enteras disfrutan de estos ratos estivales dándose un buen chapuzón o buscando la sombra, dependiendo de la edad ydel gusto.
Otra de las alternativas para pasar un buen rato reside en la belleza natural de los pequeños pueblos. Se trata de valles y montañas que descubrir a través de caminatas y rutas, como otra de las opciones más solicitadas