MANZANEDA
¡Oh tierra de mis cariños! ¡Oh pueblo de Manzaneda! Dulce rincón adorado, dichosa y tranquila aldea, pequeña patria querida, donde vi la luz primera.
Grabado llevo en el alma este pedazo de tierra, éste lugar tan amable, éstas sencillas viviendas, que si son casitas pobres son casas de gente buena, que viven como en familia formando cerco a la Iglesia. Yo recuerdo con cariño los trabajos y faenas de este pueblo acostumbrado a vivir en la pobreza. Yo bendigo su carácter, aquellas costumbres buenas, aquel vivir religioso, su fe, su amor, su paciencia, lo que sufren, lo que gozan, lo que lloran, lo que rezan, las tristezas y alegrías, el júbilo de sus fiestas, la paz que reina entre todos, el amor que se profesan, la confianza que se tienen, el auxilio que se prestan, que al fin viven como hermanos y como tales se aprecian.
¡Oh pueblo, oh montes, oh ríos! ¡Oh valles, lomas y cuestas! Yo recuerdo los paisajes que te dio la providencia, las peñas, montes y riscos, las vallinas y laderas las lomas y los collados, las campiñas y praderas, árboles, matas y flores, álamos, chopos, mimbreras, olmos, acebos, alisos, robledales y dehesas; sauces, retamas, escobas, urzes, chaguazos, carqueixas, que alfombran on sus verdores las vertientes de la sierra; zarzas, espinos, majuelos. rosales, romeros, yedras, garbanzos de suave aroma que forman tupidas cercas, engalanando de flores los linderos de las huertas; galaninas apiñadas en los prados y en las eras, blancas, azules, rosadas, amarillas y bermejas; gamones con sus jatinas, campaninas y estalletas, que adornan de farolillos los caminos y veredas; oréganos y tomillos, manzanillas y violetas, que perfuman el ambiente desde el valle hasta la sierra. ¡Oh tierra de mis cariños! ¡Oh pueblo de Manzaneda! Yo llevo dentro del alma la imagen te tus bellezas, el claro azul de éste cielo con su atmósfera serena, las fuentes los arroyuelos que alegremente gorjean y en sus murmurios se llaman y se juntan y se mezclan, en corrientes cristalinas, agitando las arenas, ríen, cantan y sollozan murmurando entre las piedras.
¡Oh tierra de mis cariños! ¡Oh pueblo de Manzaneda! Dulce rincón adorado, dichosa y tranquila aldea, pequeña patria querida, donde vi la luz primera.
Grabado llevo en el alma este pedazo de tierra, éste lugar tan amable, éstas sencillas viviendas, que si son casitas pobres son casas de gente buena, que viven como en familia formando cerco a la Iglesia. Yo recuerdo con cariño los trabajos y faenas de este pueblo acostumbrado a vivir en la pobreza. Yo bendigo su carácter, aquellas costumbres buenas, aquel vivir religioso, su fe, su amor, su paciencia, lo que sufren, lo que gozan, lo que lloran, lo que rezan, las tristezas y alegrías, el júbilo de sus fiestas, la paz que reina entre todos, el amor que se profesan, la confianza que se tienen, el auxilio que se prestan, que al fin viven como hermanos y como tales se aprecian.
¡Oh pueblo, oh montes, oh ríos! ¡Oh valles, lomas y cuestas! Yo recuerdo los paisajes que te dio la providencia, las peñas, montes y riscos, las vallinas y laderas las lomas y los collados, las campiñas y praderas, árboles, matas y flores, álamos, chopos, mimbreras, olmos, acebos, alisos, robledales y dehesas; sauces, retamas, escobas, urzes, chaguazos, carqueixas, que alfombran on sus verdores las vertientes de la sierra; zarzas, espinos, majuelos. rosales, romeros, yedras, garbanzos de suave aroma que forman tupidas cercas, engalanando de flores los linderos de las huertas; galaninas apiñadas en los prados y en las eras, blancas, azules, rosadas, amarillas y bermejas; gamones con sus jatinas, campaninas y estalletas, que adornan de farolillos los caminos y veredas; oréganos y tomillos, manzanillas y violetas, que perfuman el ambiente desde el valle hasta la sierra. ¡Oh tierra de mis cariños! ¡Oh pueblo de Manzaneda! Yo llevo dentro del alma la imagen te tus bellezas, el claro azul de éste cielo con su atmósfera serena, las fuentes los arroyuelos que alegremente gorjean y en sus murmurios se llaman y se juntan y se mezclan, en corrientes cristalinas, agitando las arenas, ríen, cantan y sollozan murmurando entre las piedras.
Hola María; Hoy estamos de Doble Fiesta y es que mi madre (Audelina) cumple 82 años. Hemos tenido la casa llena, mi hijo, su novia, mi hermano su pareja.
Acabo de entrar al foro; que alegria nos hemos llevado al ver que sigues con el relato. Hay que ver; ese poeta llevaba su aldea en la sangre. Yo tambien estoy archivando este relato. Te agradecemos tu trabajo, nos encanta! vvaau!
Acabo de entrar al foro; que alegria nos hemos llevado al ver que sigues con el relato. Hay que ver; ese poeta llevaba su aldea en la sangre. Yo tambien estoy archivando este relato. Te agradecemos tu trabajo, nos encanta! vvaau!
