Esta oración la rezaba Julián Hernando Simal, por apodo "El Santorras", cuando se perdía alguna
oveja.
En Alcozar se decía que tenía gran efectividad, así que, tan pronto se extraviaba un animal, se presentaba su amo en
casa de "El Santorras" y le rogaba que acudiese en su ayuda rezando la mencionada oración.
Él la guardaba como un gran secreto, por lo que se salía a la
calle a rezarla para que ningún miembro de su
familia pudiera escucharla.
Ya anciano, unos años antes de morir, se avino
... (ver texto completo)