Tienes razón, son una compañía que podemos tener al lado con solo recordarlos... misterios de la vida, de la fe, del corazón humano. Este pensamiento me asustaba al principio (sin padres y sin hermanos en pocos años) Cuántas veces me pasó pensar algo así como "esto se lo contaría a mi hermana... si estuviera"!) o "qué felices estarían si...". Son pensamientos sanadores, aunque duelen todavía...