11/06/2018
dl |
león
La
procesión del
Corpus Chico tuvo que ser reducida a una mera vuelta alrededor de la
plaza Mayor ante las malas condiciones de la climatología, que mantuvieron a la ciudad bajo el
agua durante toda la mañana y provocaron que la salida a hombros del Santísimo se redujera al recorrido que se hizo tradicional a mediados del siglo pasado.
Pese a que en un primer momento se dio por suspendida en la práctica la celebración, finalmente se aprovechó una de las mínimas
ventanas de
cielo despejado que ofreció la mañana. Después de la
Santa Misa oficiada en el interior de la parroquial en la que asienta su sede Minerva, se realizó un pequeño recorrido, con la participación de los 84 braceros que pujan la Sagrada Forma cada
primavera.
El Corpus Chico celebra la unión de las cofradías antes diferenciadas del Santísimo Sacramento de Minerva y la de la Santa Vera
Cruz. En mayo de 1895, el Obispo de la Diócesis de León, Francisco Gómez-Salazar y Lucio Villega, aprobó la unión La
fiesta de la Minerva Mayor desapareció entonces y fue sustituida por la festividad de la infraoctava del Corpus, correspondiente al domingo posterior al
Corpus Christi. Esta fiesta desapareció por diversos avatares en el año 1898; no sería hasta 1937 cuando se recuperase la infraoctava del Corpus, dando lugar al popularmente llamado ‘Corpus Chico’, que ha pervivido hasta la actualidad.
Para otra ocasión quedará la alfombra floral que de forma minuciosa y colorista se teje cada domingo de Corpus Chico en la plaza Mayor para dar fuste a una celebración que forma parte ya de las
tradiciones de las cofradías de la
parroquia de
San Martín y a la que ayer acudieron las autoridades y las representaciones de Minerva, La Redención y María del Dulce Nombre y Ánimas y
Santo Cristo de Afuera, las cofradías que asientan su sede en el templo cercano a la plaza Mayor. Las
aceitunas en
Casa Benito cerraron el programa de la mañana con una
tradición que no puede faltar.