LA MAGDALENA: ¡Ay, ay, ay!. A Almu la tengo que llamar y no pasa...

Almu, no te perdonamos el que te hayas ido y nos abandones así por las buenas. Prepárate que en cuanto te pille de los zapatillazos en el trasero no te va a librar ni tu Santo.

¡Ay, ay, ay!. A Almu la tengo que llamar y no pasa de ésta tarde. A ver si la pillo. Otro besin para ella y su Santo.