¿Qué haces ahí, mozo viejo,
que no te casas?
que te estás arrugando
como las pasas.
Que dame la mano,
que dámela
con firmeza,
lechuguino de mi amor,
para ver la verbena
solitos los dos.
Que salga la dama, dama,
vestida de marinero
y el que no tenga dinero,
será carita de cielo.
Lucero del alma mía,
lucero de mi querer,
los pollos en la cazuela
son pocos y saben bien.
Echarles un poco de ajo
y un poquito de laurel,
y sírvelos a la mesa
que son buenos de comer.
Este cuerpo,
este talle;
este poquito meneo,
y esta niña tan bonita
que vale tanto dinero.
que no te casas?
que te estás arrugando
como las pasas.
Que dame la mano,
que dámela
con firmeza,
lechuguino de mi amor,
para ver la verbena
solitos los dos.
Que salga la dama, dama,
vestida de marinero
y el que no tenga dinero,
será carita de cielo.
Lucero del alma mía,
lucero de mi querer,
los pollos en la cazuela
son pocos y saben bien.
Echarles un poco de ajo
y un poquito de laurel,
y sírvelos a la mesa
que son buenos de comer.
Este cuerpo,
este talle;
este poquito meneo,
y esta niña tan bonita
que vale tanto dinero.
Los mozos y las mozas se ponian en dos filas dejando un pasillo por el medio elegian a uno y pasaba por el pasillo y todos cantaban luego alegia una moza y cuando se acababa la cancion sacaban otro
Alguna de las canciones de corro habían sido tocadas con anterioridad por los gaiteros para amenizar los bailes de ciertos días de fiesta. Cuando los tradicionales dulzaineros fueron sustituidos por las orquestas de música, buena parte de estas canciones se emplearon en los juegos de corro que amenizaban los descansos que hacían los músicos
Alguna de las canciones de corro habían sido tocadas con anterioridad por los gaiteros para amenizar los bailes de ciertos días de fiesta. Cuando los tradicionales dulzaineros fueron sustituidos por las orquestas de música, buena parte de estas canciones se emplearon en los juegos de corro que amenizaban los descansos que hacían los músicos