Familiares y amigos de republicanos españoles que fueron deportados al campo nazi de Mauthausen reclamaron hoy expresamente el respaldo de las instituciones para difundir su memoria.
Lo hicieron a través de Rosa Torán, presidenta de Amical, durante la inauguración en el Congreso de los Diputados de la exposición "Imágenes y memoria de Mauthausen", un acto solemnizado con la presencia del presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín.
Amical es una asociación que nació para agrupar y representar a deportados españoles a Mauthausen, que impulsa actuaciones por toda España para reivindicar la memoria de todos los que lucharon en la Guerra Civil y que fueron deportados a campos de concentración o de exterminio nazis.
Actualmente cuenta con unos 650 socios, muchos de ellos sin relación alguna con aquellas deportaciones, pero que desean participar en esa reivindicación de quienes las sufrieron.
Sus iniciativas incluyen charlas en centros de educación secundaria y universitaria, y también exposiciones itinerantes por todo el territorio español; una de ellas la que se puede ver desde hoy hasta el 30 de mayo en el Congreso de los Diputados.
FOTOGRAFíAS La exposición incluye material fotográfico aportado por España, Francia, Austria, República Checa y Estados Unidos.
Algunas de las imágenes fueron tomadas por el preso español Francisco Boix y sacadas del campo por un grupo de jóvenes que arriesgaron sus vidas para ello, entre ellos José Alcubierre, presente en el acto.
Alcubierre llegó al campo con sólo quince años, y tenía 19 cuando el ejército de Estados Unidos lo liberó, el 5 de mayo de 1945. Recuerda que se mantuvo vivo gracias a la idea de salir de allí y explicar al mundo lo que ocurría, algo que ahora puede hacerse gracias a exposiciones como la inaugurada en el Congreso.
La emoción le impidió explicar detalles de su cautiverio, pero tuvo energía suficiente para asegurar que lo recuerda cada día, y pedir a los ciudadanos que vean las imágenes y mantengan viva su memoria.
Mauthausen, situado en Austria, fue el único campo de concentración de lo que los nazis llamaron "nivel III" que desarrolló funciones de campo de exterminio. De los 200.000 presos que pasaron por allí, se calcula que la mitad murieron debido a las condiciones de trabajo en la cantera para cuya explotación se creó la instalación.
La mayoría de ellos eran judíos, que en muchos casos eran ejecutados nada más llegar al campo o trasladados a otros donde las técnicas de exterminio masivo alcanzaron mayor desarrollo, y prisioneros de guerra de la Unión Soviética.
5.000 ESPAñOLES Entre esos presos hubo unos 5.000 republicanos españoles. Los supervivientes colgaron una gran pancarta en uno de los muros del campo el día de la liberación. Se podía leer, en castellano, "los antifascistas españoles saludan a los liberadores".
Torán recordó que el régimen franquista impidió el regreso de los supervivientes españoles de Mauthausen, y hasta 1978 Amical, la asociación que nació para ponerlos en contacto, agruparlos y representarlos, no fue legalizada.
El paso de los años, explicó, obliga a que sean los descendientes y los amigos de esos supervivientes los que tomen el testigo de la reivindicación de su lucha y la difusión de su memoria.
En pleno debate de la Ley de Memoria Histórica, Torán aseguró que los representantes de aquellos deportados "necesitamos la implicación de las instituciones para recorrer el camino" por el que otros países transitan desde hace años, el reconocimiento de sus luchadores por la democracia.
Una parte de las fotografías tomadas por presos del campo sirvió de prueba en los juicios de Nuremberg, entre ellas las que Casimiro Climen Sarrión tuvo que archivar y que incluían retratos de los responsables del campo.
Lo hicieron a través de Rosa Torán, presidenta de Amical, durante la inauguración en el Congreso de los Diputados de la exposición "Imágenes y memoria de Mauthausen", un acto solemnizado con la presencia del presidente de la Cámara Baja, Manuel Marín.
Amical es una asociación que nació para agrupar y representar a deportados españoles a Mauthausen, que impulsa actuaciones por toda España para reivindicar la memoria de todos los que lucharon en la Guerra Civil y que fueron deportados a campos de concentración o de exterminio nazis.
Actualmente cuenta con unos 650 socios, muchos de ellos sin relación alguna con aquellas deportaciones, pero que desean participar en esa reivindicación de quienes las sufrieron.
Sus iniciativas incluyen charlas en centros de educación secundaria y universitaria, y también exposiciones itinerantes por todo el territorio español; una de ellas la que se puede ver desde hoy hasta el 30 de mayo en el Congreso de los Diputados.
FOTOGRAFíAS La exposición incluye material fotográfico aportado por España, Francia, Austria, República Checa y Estados Unidos.
Algunas de las imágenes fueron tomadas por el preso español Francisco Boix y sacadas del campo por un grupo de jóvenes que arriesgaron sus vidas para ello, entre ellos José Alcubierre, presente en el acto.
Alcubierre llegó al campo con sólo quince años, y tenía 19 cuando el ejército de Estados Unidos lo liberó, el 5 de mayo de 1945. Recuerda que se mantuvo vivo gracias a la idea de salir de allí y explicar al mundo lo que ocurría, algo que ahora puede hacerse gracias a exposiciones como la inaugurada en el Congreso.
La emoción le impidió explicar detalles de su cautiverio, pero tuvo energía suficiente para asegurar que lo recuerda cada día, y pedir a los ciudadanos que vean las imágenes y mantengan viva su memoria.
Mauthausen, situado en Austria, fue el único campo de concentración de lo que los nazis llamaron "nivel III" que desarrolló funciones de campo de exterminio. De los 200.000 presos que pasaron por allí, se calcula que la mitad murieron debido a las condiciones de trabajo en la cantera para cuya explotación se creó la instalación.
La mayoría de ellos eran judíos, que en muchos casos eran ejecutados nada más llegar al campo o trasladados a otros donde las técnicas de exterminio masivo alcanzaron mayor desarrollo, y prisioneros de guerra de la Unión Soviética.
5.000 ESPAñOLES Entre esos presos hubo unos 5.000 republicanos españoles. Los supervivientes colgaron una gran pancarta en uno de los muros del campo el día de la liberación. Se podía leer, en castellano, "los antifascistas españoles saludan a los liberadores".
Torán recordó que el régimen franquista impidió el regreso de los supervivientes españoles de Mauthausen, y hasta 1978 Amical, la asociación que nació para ponerlos en contacto, agruparlos y representarlos, no fue legalizada.
El paso de los años, explicó, obliga a que sean los descendientes y los amigos de esos supervivientes los que tomen el testigo de la reivindicación de su lucha y la difusión de su memoria.
En pleno debate de la Ley de Memoria Histórica, Torán aseguró que los representantes de aquellos deportados "necesitamos la implicación de las instituciones para recorrer el camino" por el que otros países transitan desde hace años, el reconocimiento de sus luchadores por la democracia.
Una parte de las fotografías tomadas por presos del campo sirvió de prueba en los juicios de Nuremberg, entre ellas las que Casimiro Climen Sarrión tuvo que archivar y que incluían retratos de los responsables del campo.