En Omaña manan fuentes
que corren por sus barrancos,
hay plantas de todas clases
y animales muy variados.
Desde la lundre del río,
hasta el corzo saltarín,
nos sorprende el oso pardo,
y hasta incluso el jabalí.
Desde los tesos más altos
el urogallo vigila,
los acebos y abedules
comparten su compañía.
Los cantos de los pájaros
nos despiertan al albor,
son cantaridos sinfónicos,
de armonía y de color.
Omaña muestra sus montes,
sus vallinas, sus arroyos,
también guarda buena gente
que es, sin duda, su tesoro.
Las personas que aquí viven,
son gentes de buen gerol,
trabajadoras y honradas,
y de buena condición.
Sus costumbres, sus cantares,
sus jotas y baile chano
han resonado en sus pueblos
y quieren seguir soñando.
Y las mozas omañesas
los ramos engalanaban
y en las fiestas señaladas
sus coplillas les cantaban.
que corren por sus barrancos,
hay plantas de todas clases
y animales muy variados.
Desde la lundre del río,
hasta el corzo saltarín,
nos sorprende el oso pardo,
y hasta incluso el jabalí.
Desde los tesos más altos
el urogallo vigila,
los acebos y abedules
comparten su compañía.
Los cantos de los pájaros
nos despiertan al albor,
son cantaridos sinfónicos,
de armonía y de color.
Omaña muestra sus montes,
sus vallinas, sus arroyos,
también guarda buena gente
que es, sin duda, su tesoro.
Las personas que aquí viven,
son gentes de buen gerol,
trabajadoras y honradas,
y de buena condición.
Sus costumbres, sus cantares,
sus jotas y baile chano
han resonado en sus pueblos
y quieren seguir soñando.
Y las mozas omañesas
los ramos engalanaban
y en las fiestas señaladas
sus coplillas les cantaban.