Ayer regresó Manuel creyendo posible anudar el hilo de su ayer con el hoy real y en su pecho oculta la ilusión de poder sentir hoy lo que sintió tantos años atrás. Al llegar buscó los lugares, las caras, las gentes que traía pegados a su corazón, con ansia, con hambre, y salió al campo a gritarle al sol: ¡he vuelto, aquí me tienes! Y quiso ver deprisa y respirar hondo el aire que tanto ansiaba, y quedó el espíritu satisfecho con el saborear de los colores, el aire y el sol de la tierra, mas, quedó ... (ver texto completo)