Como hemos podido constatar Emilio nos ha dado una pequeña muestra de sus paseos por Canales y rincones aledaños, como dice Juan… le andan buscando porque se ha llevado todas las instantáneas del pueblo.
Y es que la curiosidad de Emilio y su familia se ha hecho nómada, codiciosa de paisajes que se extienden más allá del Río Luna, más allá de la Mata Grande, más allá de la Peña Corrodriz… siempre más allá…
Mientras acompaña o se deja acompañar por su familia, vuelven a él los paseos que dio cuando tenía edad de chaval por esos mismo andurriales, acompañado por otros rapaces, o por sus padres y su abuelo el “tío Jesús”
El y yo convertimos la procesión e San Roque en alegre cháchara, y con la seguridad de un guía me va diciendo: Esta es la casa de fulano. Allí nació Yoli, aquellla es la casa de zutano. No, la casa inicial del abuelo de Jesús estaba detrás de la casona que ves.
Me doy cuenta que él es más conocedor de mi pueblo y sus gentes que yo misma.
Llegaba a los ensayos rendido por el trajín del día, con más kms. a la espalda de los que acostumbra a hacer en un año, pero es que no hay tiempo que perder y sus acompañantes están ávidos de visitar Astorga, Villablino, La Pola y hasta Picos de Europa…
En el calecho él se encargó de dar vida al lobo Juan y a la raposa María García, con la dificultad propia del señorito de ciudad que ha olvidado ya el habla de pueblo-pueblo. ¿Qué son los mesios?... Pises, Emilio, … meaos!.
El cuento lo bordaste Emilio, ¡lástima que tus nietos no tengan ya edad para estos cuentos!, seguro que ya se los podrías contar de memoria, y además, sin confundir Bobia con Babia…jajajá
Emilio fue tratado por la prensa como el abuelo del Calecho, más que por la edad, quiero pensar, por ser el primero que dejó su mensaje en este foro, pero os puedo asegurar que si habláis con él os sorprenderá ese halo de juventud que envuelven a los que disfrutan de un estado de paz mental. No dudéis que el tai-chi está resultando para Emilio como el bálsamo del renacimiento.
Tal es así que cuando saludó a mi madre, Amada, ella le pregunto con toda naturalidad:” … y tus padres… tu madre Alicia, ¿como están?” Ella los hacía caminantes aún por esta vida.
En Emilio resplandecía siempre su sonrisa, su aire paciente, agradecido por lo que se encontraba, … por ese chocolate… esa comida en el molino,… esas tertulias… satisfecho de encontrarse con sus raíces, parientes y amigos que hacen más feliz si cabe la existencia. Estarás de acuerdo conmigo, Emilio, que es bueno regresar sobre nuestros propios pasos para sintonizar el cuerpo con el alma, y para sentir como un lujo la amistad que nos une a esta familia forera.-
Un abrazo para ti y tu familia.- Mariajesús Morla
Y es que la curiosidad de Emilio y su familia se ha hecho nómada, codiciosa de paisajes que se extienden más allá del Río Luna, más allá de la Mata Grande, más allá de la Peña Corrodriz… siempre más allá…
Mientras acompaña o se deja acompañar por su familia, vuelven a él los paseos que dio cuando tenía edad de chaval por esos mismo andurriales, acompañado por otros rapaces, o por sus padres y su abuelo el “tío Jesús”
El y yo convertimos la procesión e San Roque en alegre cháchara, y con la seguridad de un guía me va diciendo: Esta es la casa de fulano. Allí nació Yoli, aquellla es la casa de zutano. No, la casa inicial del abuelo de Jesús estaba detrás de la casona que ves.
Me doy cuenta que él es más conocedor de mi pueblo y sus gentes que yo misma.
Llegaba a los ensayos rendido por el trajín del día, con más kms. a la espalda de los que acostumbra a hacer en un año, pero es que no hay tiempo que perder y sus acompañantes están ávidos de visitar Astorga, Villablino, La Pola y hasta Picos de Europa…
En el calecho él se encargó de dar vida al lobo Juan y a la raposa María García, con la dificultad propia del señorito de ciudad que ha olvidado ya el habla de pueblo-pueblo. ¿Qué son los mesios?... Pises, Emilio, … meaos!.
El cuento lo bordaste Emilio, ¡lástima que tus nietos no tengan ya edad para estos cuentos!, seguro que ya se los podrías contar de memoria, y además, sin confundir Bobia con Babia…jajajá
Emilio fue tratado por la prensa como el abuelo del Calecho, más que por la edad, quiero pensar, por ser el primero que dejó su mensaje en este foro, pero os puedo asegurar que si habláis con él os sorprenderá ese halo de juventud que envuelven a los que disfrutan de un estado de paz mental. No dudéis que el tai-chi está resultando para Emilio como el bálsamo del renacimiento.
Tal es así que cuando saludó a mi madre, Amada, ella le pregunto con toda naturalidad:” … y tus padres… tu madre Alicia, ¿como están?” Ella los hacía caminantes aún por esta vida.
En Emilio resplandecía siempre su sonrisa, su aire paciente, agradecido por lo que se encontraba, … por ese chocolate… esa comida en el molino,… esas tertulias… satisfecho de encontrarse con sus raíces, parientes y amigos que hacen más feliz si cabe la existencia. Estarás de acuerdo conmigo, Emilio, que es bueno regresar sobre nuestros propios pasos para sintonizar el cuerpo con el alma, y para sentir como un lujo la amistad que nos une a esta familia forera.-
Un abrazo para ti y tu familia.- Mariajesús Morla
