En cierta ocasión estaban en las puertonas de Marina y Canor ellos y el colectivo de Filosofos Rurales de nuestro pueblo. Fuegos, Bañez y algun vecino mas, inseminando el veterinario a una vaca, Habia llegado la ciencia al pueblo, y nadie queria perderse aquel acontecimiento donde para preñar a una vaca ya no habia que llevarla al toro.
Estando en estas lides, subia Tita al Barrio de Arriba y al ver al veterinario con la bata, arremangadas las mangas y con y con los guantes de goma. Curiosa les pregunto que era lo que le pasaba a la vaca. A lo que Fuegos con mucha sorna le conteeto que nada y le esplico el proceso.
Mira, Tita, a las vacas para preñarlas ya no las llevamos al toro, ahora el veterinario le mete la mano por ese sitio.... y la deja preñada. Al oir Tita la respuesta, asombrada y un poco incredula les contesto ¡Ay Dios| que inventos y pobres vacas donde estaba lo de antes...
Os podeis imaginar las carcajadas y comentarios de aquella gente. Y digo yo que no le faltaba razón a la simpatica Tita. Dejar a las vacas condenadas a trabajar como vacas (nunca mejor dicho) y sin disfrute del sexo ¡Pobres las mis vacas! Por no a ver en aquellos tiempos defensores de los animales se quedaròn sin derechos y yo hoy desde este Calecho pido un toro pa las mis vacas
Estando en estas lides, subia Tita al Barrio de Arriba y al ver al veterinario con la bata, arremangadas las mangas y con y con los guantes de goma. Curiosa les pregunto que era lo que le pasaba a la vaca. A lo que Fuegos con mucha sorna le conteeto que nada y le esplico el proceso.
Mira, Tita, a las vacas para preñarlas ya no las llevamos al toro, ahora el veterinario le mete la mano por ese sitio.... y la deja preñada. Al oir Tita la respuesta, asombrada y un poco incredula les contesto ¡Ay Dios| que inventos y pobres vacas donde estaba lo de antes...
Os podeis imaginar las carcajadas y comentarios de aquella gente. Y digo yo que no le faltaba razón a la simpatica Tita. Dejar a las vacas condenadas a trabajar como vacas (nunca mejor dicho) y sin disfrute del sexo ¡Pobres las mis vacas! Por no a ver en aquellos tiempos defensores de los animales se quedaròn sin derechos y yo hoy desde este Calecho pido un toro pa las mis vacas
