Recuerdos de Infancia
Hace tantos años que recordar el pasado equivaldria a revivirlo.
Debajo de mi casa pasaba una presa que servia para el riego de las linares de Conyana. Pero tambien era el lavadero de las mujeres, donde colocaban su taja y los baldes repletos de ropa.
Mi madre hacia jabón en un barreño. Aún recuerdo los pasos a seguir para obtener unos panales estupendos que asi llamaban a los trozos que conseguian después de echar la mezcla en unas cajas de madera.
Se usaba las mantas de sebo de los animales mezclado en cantidades propoprcianadas de agua, sosa, y romero para aromatizarlo.
Luego era el jabón que se uasaba para hacer las coladas.
Mientras ellas lavaban en el arroyo nosotros nos dedicabamos a chapotear en el aguay de vez en cuando, cogiamos la regadera llena de agua para ir a echarsela a la ropoa que ponian al verde. Asi blanqueaban las ropas poniendolas en los prados al sol.
Luego cuando la aclaraban echaban en un cubo unas pastillas de azulete y metian las prendas y eso les daba un blanco más luminoso.
Era una maravilla ver los tendales de ropa secando.
Hasta que llegaron las lavadoras, el ir a lavar al arroyo o a la presa era el punto de reuinión de las mujeres, donde se hablaba de todas las cosas que ocurrian, se daban consejos unas a otrasy cada una aportaba lo mejor que sabía, otras veces cantaban a la vez que iban restregando la ropa.
Todo eso lo hemos perdido, pero hemos ganado otras cosas.
Hace tantos años que recordar el pasado equivaldria a revivirlo.
Debajo de mi casa pasaba una presa que servia para el riego de las linares de Conyana. Pero tambien era el lavadero de las mujeres, donde colocaban su taja y los baldes repletos de ropa.
Mi madre hacia jabón en un barreño. Aún recuerdo los pasos a seguir para obtener unos panales estupendos que asi llamaban a los trozos que conseguian después de echar la mezcla en unas cajas de madera.
Se usaba las mantas de sebo de los animales mezclado en cantidades propoprcianadas de agua, sosa, y romero para aromatizarlo.
Luego era el jabón que se uasaba para hacer las coladas.
Mientras ellas lavaban en el arroyo nosotros nos dedicabamos a chapotear en el aguay de vez en cuando, cogiamos la regadera llena de agua para ir a echarsela a la ropoa que ponian al verde. Asi blanqueaban las ropas poniendolas en los prados al sol.
Luego cuando la aclaraban echaban en un cubo unas pastillas de azulete y metian las prendas y eso les daba un blanco más luminoso.
Era una maravilla ver los tendales de ropa secando.
Hasta que llegaron las lavadoras, el ir a lavar al arroyo o a la presa era el punto de reuinión de las mujeres, donde se hablaba de todas las cosas que ocurrian, se daban consejos unas a otrasy cada una aportaba lo mejor que sabía, otras veces cantaban a la vez que iban restregando la ropa.
Todo eso lo hemos perdido, pero hemos ganado otras cosas.