Leyendas e Historias
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un joven estudiante de Salamanca, Vicente se llamaba llegó a Granada en la víspera de San Juan, paseando por la carrera del Darro llamó su atención un personaje algo pintoresco, un hombre vestido de soldado medieval armado con una lanza y que parecía pasar desapercibido para el resto de la gente... Intrigado, nuestro estudiante se le acercó y le preguntó por su atuendo.
El soldado dijo ser un miembro de la guardia de los Reyes Católicos y que en 1492 fue cogido prisionero en un ataque contra los moros y fue entonces, hace 300 años ya, cuando fue víctima de un hechizo lanzado por un anciano musulmán, que le obligaba a pasar los años encerrado en una torre de la Alhambra custodiando el tesoro de Boabdil para evitar que cayera en manos cristianas. Según el encantamiento, cada 100 años podía salir, el día de la víspera de San Juan, durante 3 días, de la torre para bajar al puente del Darro y poder encontrar a alguien capaz de ayudarle a romper el hechizo.
El desesperado soldado le prometió a Vicente la mitad del tesoro si le ayudaba, su misión era encontrar un sacerdote en ayunas desde hace 24h para librarlo del hechizo y una doncella cristiana para poder abrir el cofre del tesoro, otra condición es que el ritual se celebrase de noche y todo ello debía ocurrir antes de la media noche del 26 junio pues de lo contrario el soldado permanecería 100 años más montando guardia.
Vicente buscó por la ciudad hasta que dió con un sacerdote gordinflon que nunca estaba harto de comer que casualmente tenía una sobrina cristiana y casta, trás la promesa del cura de que haría lo imposible por ignorar su apetito los tres partieron hacia la torre donde se hallaba el soldado y el tesoro. El soldado los condujo a una gran sala llena de maravillosas joyas, cofres rebosantes de monedas de oro y una gran mesa con ricos manjares, toda clase de fruta fresca y abundante vino.
Vicente comenzó a llenarse los bolsillos de toda clase de alhajas pero el cura no pudo resistirse y empezó a comer toda aquella rica comida que tenía delante de sus narices. Nada más dar el primer bocado todo se desvaneció y aparecieron Vicente, el cura y la sobrina fuera de la torre. Justo en ese momento las campanas de San Pedro indicaban que la noche de San Juan había terminado y no se había podido romper el hechizo.
Pero a pesar de todo Vicente salió ganando ya que con lo que había conseguido guardar en sus bolsillos fue suficiente para vivir el resto de su vida y casarse con aquella doncella pura sobrina del cura gordinflón.
Cuenta la leyenda que aún el soldado permanece prisionero en la torre vigilando el tesoro de la Alhambra...
Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo, un joven estudiante de Salamanca, Vicente se llamaba llegó a Granada en la víspera de San Juan, paseando por la carrera del Darro llamó su atención un personaje algo pintoresco, un hombre vestido de soldado medieval armado con una lanza y que parecía pasar desapercibido para el resto de la gente... Intrigado, nuestro estudiante se le acercó y le preguntó por su atuendo.
El soldado dijo ser un miembro de la guardia de los Reyes Católicos y que en 1492 fue cogido prisionero en un ataque contra los moros y fue entonces, hace 300 años ya, cuando fue víctima de un hechizo lanzado por un anciano musulmán, que le obligaba a pasar los años encerrado en una torre de la Alhambra custodiando el tesoro de Boabdil para evitar que cayera en manos cristianas. Según el encantamiento, cada 100 años podía salir, el día de la víspera de San Juan, durante 3 días, de la torre para bajar al puente del Darro y poder encontrar a alguien capaz de ayudarle a romper el hechizo.
El desesperado soldado le prometió a Vicente la mitad del tesoro si le ayudaba, su misión era encontrar un sacerdote en ayunas desde hace 24h para librarlo del hechizo y una doncella cristiana para poder abrir el cofre del tesoro, otra condición es que el ritual se celebrase de noche y todo ello debía ocurrir antes de la media noche del 26 junio pues de lo contrario el soldado permanecería 100 años más montando guardia.
Vicente buscó por la ciudad hasta que dió con un sacerdote gordinflon que nunca estaba harto de comer que casualmente tenía una sobrina cristiana y casta, trás la promesa del cura de que haría lo imposible por ignorar su apetito los tres partieron hacia la torre donde se hallaba el soldado y el tesoro. El soldado los condujo a una gran sala llena de maravillosas joyas, cofres rebosantes de monedas de oro y una gran mesa con ricos manjares, toda clase de fruta fresca y abundante vino.
Vicente comenzó a llenarse los bolsillos de toda clase de alhajas pero el cura no pudo resistirse y empezó a comer toda aquella rica comida que tenía delante de sus narices. Nada más dar el primer bocado todo se desvaneció y aparecieron Vicente, el cura y la sobrina fuera de la torre. Justo en ese momento las campanas de San Pedro indicaban que la noche de San Juan había terminado y no se había podido romper el hechizo.
Pero a pesar de todo Vicente salió ganando ya que con lo que había conseguido guardar en sus bolsillos fue suficiente para vivir el resto de su vida y casarse con aquella doncella pura sobrina del cura gordinflón.
Cuenta la leyenda que aún el soldado permanece prisionero en la torre vigilando el tesoro de la Alhambra...
