Habia comenzado a atardecer, las vacas regresaban de los pastos, para recogerse en las cuadras.
Sus ubres estaban repletas, el hombre esperaba para pordeñarlas. Una algarabía de crios esperaban con sus tanques sentados en el poyo de la puerta. Todos los días se repetia la misma ceremonia; que el hombre ordeñara las vacas y les llenara los tanques con la rica leche espumosa y calentita, recien salida de las ubres.
Todos querian ser el primero.
Más tarde llegaban los vecinos con su lechera osu olla para llevarse el rico sustentopara sus casas´.
Se hacian corrillos y se comentaba que tal había sido la jornada y luego quedaban para reunirse en casa de alguno para tejer, hilar o hacer unos ricos mazapanes o rosquillas.
Cuando llegó la radio se reunian para escuchar los seriales. Asi transcurrio la vida de nuestros abuelos y nuestros padres, la gran unión que habia entre las familias y los vecinos, que en nuestro tiempo dado el ajetreo que llevamos hemos perdido.
Un abrazo para todos
Sus ubres estaban repletas, el hombre esperaba para pordeñarlas. Una algarabía de crios esperaban con sus tanques sentados en el poyo de la puerta. Todos los días se repetia la misma ceremonia; que el hombre ordeñara las vacas y les llenara los tanques con la rica leche espumosa y calentita, recien salida de las ubres.
Todos querian ser el primero.
Más tarde llegaban los vecinos con su lechera osu olla para llevarse el rico sustentopara sus casas´.
Se hacian corrillos y se comentaba que tal había sido la jornada y luego quedaban para reunirse en casa de alguno para tejer, hilar o hacer unos ricos mazapanes o rosquillas.
Cuando llegó la radio se reunian para escuchar los seriales. Asi transcurrio la vida de nuestros abuelos y nuestros padres, la gran unión que habia entre las familias y los vecinos, que en nuestro tiempo dado el ajetreo que llevamos hemos perdido.
Un abrazo para todos