ELEGIA DEL VASTIO QUE TO LO ARRASA.
Subí al cueto a escolumbrar
Chanos, coutos y debesas,
La ilesia que aun tien campanas,
El llugar que aun tien facienda,
Pouca facienda, tan pouca,
Que apenas si tien facienda.
Las casas están cuibidas,
Los sus fumos no fumean,
Y ansí parez que está to
Enganido nesta tierra.
Toda la Omaña parez,
Dende el cueto, una siembra
De pueblines como ñales
Acochaos po las laderas.
Aún quieren cantar un pouco
Y traslucir bien quisieran
Con voces de rondas mozas
Y brillos de rosas nuevas.
Los tiempos van deliriando
Y to emburria muy pa fuera,
Que to viene engayolando
Y poco limpio nos presta.
Avínonse de outros mundos
Voces de mucha angulema,
Colgáronse los rosarios
Y se apicharon las puertas,
Y ansí aqueste calabrón
Vino llevao por aqueillas
Calabrinas tan teriosas,
Fiyas de probes concencias.
No está la mirla en su ñal
Ni la abeja en la su abiera,
La polla no está guarando,
Nadie atropa las gaviellas,
Los gayos del bosque caen
Tristes como fojas muertas.
Estas son outras geladas
Que todo, todo, lo gielan.
Antiaño golía a rosas,
Aguaño en solombras quedan
Tantas fermosuras vivas
Y tantas tristuras yertas.
Tardiegos serán los frutos
Y las ganas más tardiegas.
Por qué el camín tan en blanco,
Por qué el suco sin la reja,
Por qué el arao to pasmao
Sin mano en la su manjera?....
Esta torba to lo arrasa
Y to lo emburria pa fuera.
Y esti que nos dan no chingla
Nín oro nin plata vieja.
Esti año mal año vai
Que el furmiento en la masera
No encrece bien la fugaza
Tan amorecida y güena,
Y hasta el cielo está en fulganza,
¡ay Dios, mi Dios, quién lo viera ¡
Los buelos, qué solos tan
En el poyo de la puerta,
Los que encetaban el pan,
Los que bendecían la mesa,
Eillos que en to el terrentorio
Tan nombraos y miraos fueran.
Nadie apurria: ¡Hía, hía ¡,
Que nadie de ganao carea.
El molín está parao
Y el agua bulle en la presa.
Derniego, amén, del pecau,
Derniego dél, que metiera
La noite del tiempo fosco
Y la eclís na probe aldea.
Tiempus gafos, tiempus gafos,
Que mucho pasman y gielan,
Que non es gaña esti mal
Que tien eilla…
Desque vos marchaste, ¡ay mozos ¡
La luna cuasi no encesa.
Sin mozos que canten ronda
Se engarrañará la tierra
Y to se caerá esgarniao
Como un arao sin manjera…
Fuyedes los sus mocines
Y una voce bien parlera
Vos canta: “Fiyos, volvedes,
Que aquí tenedes facienda,
Que aquí la Omaña sospira
Sospiros de mucha pena,
Amorosa en el regazo
Como de madre muy llena
Que encrece bien la esperanza
Y encrecerá la despensa.
“Volvedes, fiyos, volvedes,
Que ya el mayo se desnevia
Y to lo torna fermoso
Po la Llomba tan cimera.
“Volvedes a escomenzar
La Omaña, con outra empresa,
Que aquí tenedes el fierro
Que regolverá la tierra.
¡Dieus vielo bien na sua gloria
Y bien sua gloria lo enseña
Outra vez, aguañao y sempre,
Mano de paz y de siembra ¡”.
"La Omaña, donde los montes suspiran"
de D. Florentino Agustín Díez.
Subí al cueto a escolumbrar
Chanos, coutos y debesas,
La ilesia que aun tien campanas,
El llugar que aun tien facienda,
Pouca facienda, tan pouca,
Que apenas si tien facienda.
Las casas están cuibidas,
Los sus fumos no fumean,
Y ansí parez que está to
Enganido nesta tierra.
Toda la Omaña parez,
Dende el cueto, una siembra
De pueblines como ñales
Acochaos po las laderas.
Aún quieren cantar un pouco
Y traslucir bien quisieran
Con voces de rondas mozas
Y brillos de rosas nuevas.
Los tiempos van deliriando
Y to emburria muy pa fuera,
Que to viene engayolando
Y poco limpio nos presta.
Avínonse de outros mundos
Voces de mucha angulema,
Colgáronse los rosarios
Y se apicharon las puertas,
Y ansí aqueste calabrón
Vino llevao por aqueillas
Calabrinas tan teriosas,
Fiyas de probes concencias.
No está la mirla en su ñal
Ni la abeja en la su abiera,
La polla no está guarando,
Nadie atropa las gaviellas,
Los gayos del bosque caen
Tristes como fojas muertas.
Estas son outras geladas
Que todo, todo, lo gielan.
Antiaño golía a rosas,
Aguaño en solombras quedan
Tantas fermosuras vivas
Y tantas tristuras yertas.
Tardiegos serán los frutos
Y las ganas más tardiegas.
Por qué el camín tan en blanco,
Por qué el suco sin la reja,
Por qué el arao to pasmao
Sin mano en la su manjera?....
Esta torba to lo arrasa
Y to lo emburria pa fuera.
Y esti que nos dan no chingla
Nín oro nin plata vieja.
Esti año mal año vai
Que el furmiento en la masera
No encrece bien la fugaza
Tan amorecida y güena,
Y hasta el cielo está en fulganza,
¡ay Dios, mi Dios, quién lo viera ¡
Los buelos, qué solos tan
En el poyo de la puerta,
Los que encetaban el pan,
Los que bendecían la mesa,
Eillos que en to el terrentorio
Tan nombraos y miraos fueran.
Nadie apurria: ¡Hía, hía ¡,
Que nadie de ganao carea.
El molín está parao
Y el agua bulle en la presa.
Derniego, amén, del pecau,
Derniego dél, que metiera
La noite del tiempo fosco
Y la eclís na probe aldea.
Tiempus gafos, tiempus gafos,
Que mucho pasman y gielan,
Que non es gaña esti mal
Que tien eilla…
Desque vos marchaste, ¡ay mozos ¡
La luna cuasi no encesa.
Sin mozos que canten ronda
Se engarrañará la tierra
Y to se caerá esgarniao
Como un arao sin manjera…
Fuyedes los sus mocines
Y una voce bien parlera
Vos canta: “Fiyos, volvedes,
Que aquí tenedes facienda,
Que aquí la Omaña sospira
Sospiros de mucha pena,
Amorosa en el regazo
Como de madre muy llena
Que encrece bien la esperanza
Y encrecerá la despensa.
“Volvedes, fiyos, volvedes,
Que ya el mayo se desnevia
Y to lo torna fermoso
Po la Llomba tan cimera.
“Volvedes a escomenzar
La Omaña, con outra empresa,
Que aquí tenedes el fierro
Que regolverá la tierra.
¡Dieus vielo bien na sua gloria
Y bien sua gloria lo enseña
Outra vez, aguañao y sempre,
Mano de paz y de siembra ¡”.
"La Omaña, donde los montes suspiran"
de D. Florentino Agustín Díez.
