EL VOLCÁN DE LA SELVA ESTA TRISTE
Primer premio de la 9ª edición de "Pequeños cuentos".
Mejor cuento de 262 presentados.
Habia una vez una selva bonita, tranquila, con sus animalotes... Hasta que un día un volcán triste salió de la nada.
El volcán no paraba de llorar y como es un volcán y tiene lava, eso era lo que lloraba: ¡LAVA!, y como lloraba lava destrozó media selva.
Los animales de la selva se reunieron.
- ¡No podemos dejar que el volcán acabe destruyendonos a todos|. Dijo el elefante.
- ¡Estamos de acuerdo! dijeron los gorilas.
Los animales decidieron que tenian que hacer alguna cosa.
Habia una gorila pequeña que intentó decir la solución, pero como era tan pequeña no la escucharon.
Los animales pensaron de todo, pegarle, lanzarle platanos, etc. Pero no hubo ningún resultado.
Lo probaron durante dias y dias pero nada.
Hasta que un día la pequeña gorila se puso a chillar.
- Aaaaahhha! Habeis probado a hablarle? Dijo la gorila.
- No, eso no lo habian probado, ¡pero si es una burrada!. Dijeron los animales riendose.
- ¿Ah si?, pues ahora vereis. Dijo la gorila enfadada.
- ¿Volcán, que te pasa?. Dijo la gorila.
- Estoy muy triste. Dijo el volcán llorando.
- Eso ya lo sabemos, ¿pero porque estás triste? le dijo ella.
- Porque no quiero ser un volcán. Ningún volcán tiene amigos y yo quiero tener amigos. Dijo el volcán.
- Yo tengo la solución. Le dijo ella.
- ¿Me conseguirás un amigo?. Dijo el.
- ¡No!, te conseguiré una amiga, ¡Yo!. Le dijo ella.
- ¡Que bien! ya tengo una amiga.
Y asi el volcán dejo de llorar y la selva se fue recuperando.
Y recordad... ¡La violencia no és la solución!.
Paula Carrasco Arnaiz
Primer premio de la 9ª edición de "Pequeños cuentos".
Mejor cuento de 262 presentados.
Habia una vez una selva bonita, tranquila, con sus animalotes... Hasta que un día un volcán triste salió de la nada.
El volcán no paraba de llorar y como es un volcán y tiene lava, eso era lo que lloraba: ¡LAVA!, y como lloraba lava destrozó media selva.
Los animales de la selva se reunieron.
- ¡No podemos dejar que el volcán acabe destruyendonos a todos|. Dijo el elefante.
- ¡Estamos de acuerdo! dijeron los gorilas.
Los animales decidieron que tenian que hacer alguna cosa.
Habia una gorila pequeña que intentó decir la solución, pero como era tan pequeña no la escucharon.
Los animales pensaron de todo, pegarle, lanzarle platanos, etc. Pero no hubo ningún resultado.
Lo probaron durante dias y dias pero nada.
Hasta que un día la pequeña gorila se puso a chillar.
- Aaaaahhha! Habeis probado a hablarle? Dijo la gorila.
- No, eso no lo habian probado, ¡pero si es una burrada!. Dijeron los animales riendose.
- ¿Ah si?, pues ahora vereis. Dijo la gorila enfadada.
- ¿Volcán, que te pasa?. Dijo la gorila.
- Estoy muy triste. Dijo el volcán llorando.
- Eso ya lo sabemos, ¿pero porque estás triste? le dijo ella.
- Porque no quiero ser un volcán. Ningún volcán tiene amigos y yo quiero tener amigos. Dijo el volcán.
- Yo tengo la solución. Le dijo ella.
- ¿Me conseguirás un amigo?. Dijo el.
- ¡No!, te conseguiré una amiga, ¡Yo!. Le dijo ella.
- ¡Que bien! ya tengo una amiga.
Y asi el volcán dejo de llorar y la selva se fue recuperando.
Y recordad... ¡La violencia no és la solución!.
Paula Carrasco Arnaiz
