El gran momento culinario del añ o se acerca, por lo que es hora de ofrecer una serie de claves para navegar en ese mar tormentoso que es la Nochebuena familiar. Si sigues los mandamientos que se detallan en esta entrada, tus posibilidades de hacer el ridí culo disminuyen radicalmente. Te lo dice alguien que los ha incumplido casi todos con resultados desastrosos.
NO hagas los fritos tres horas antes
En el caso de que hayas cometido la imprudencia de incluir rebozados en el aperitivo debes asumir las consecuencias y tratar de freí rlos en el ú ltimo momento, aun a riesgo de oler despué s a Eau de Croquette. Una fritanga que lleve tiempo hecha es el peor inicio posible para un menú. Y lo peor de lo peor es un frito que ha estado tapado: la condensació n por el calor habrá hecho que se humedezca y el rebozado se haya quedado blando, pastoso, grasiento y repugnante.
NO improvises el có ctel
Mola servir un có ctel antes de cenar, pero mejor si lo piensas un poquito antes y, sobre todo, lo pruebas. Las improvisaciones de ú ltima hora, en plan "le pongo un chorrito de esto y una gota de lo otro", suelen producir bebercios intragables. Mi padre, que en gloria esté, era un gran aficionado a innovar en este terreno justo antes de la cena, y só lo los miembros má s alcohó licos de la familia pasaban de un sorbo con sus espantosos có cteles de champá n.
NO te vistas como si fuera Nochevieja
Nochebuena es Nochebuena, y Nochevieja es Nochevieja. Eso é así n. Aclarada esta verdad universal, te conmino a que el 24 no te calces el traje de gala ni el vestidito corto de raso con lentejuelas y volantes. Está s en una celebració n familiar que, creas en el niñ o Dios, en el solsticio de invierno o en Justin Bieber, tiene un origen religioso. Relá jate y ponte algo discreto y elegante, que ya irá s hech@ un cuadro en Fin de Añ o.
NO te creas Ferran Adrià
La experimentació n y la libertad creativa está muy bien... cuando no tienes a toda la familia cenando en casa en una fecha señ alada. Si controlas mucho de cocina, da rienda suelta a la imaginació n. Si no, reprime al cocinero molecular que llevas dentro y limí tate a lo seguro o a lo que ya hayas cocinado otras veces con buenos resultados. Recuerda, ademá s, que las uvas rellenas de foie con espuma de garnacha y coco caramelizado pueden no gustarle a la abuela.
NO muerdas las patas del marisco
10 de cada 9 dentistas recomiendan no partir las patas del marisco con la boca. No só lo estará s castigando tus molares, sino que ofrecerá s un espectá culo muy poco apetitoso para el que esté enfrente. Usa un instrumento adecuado para ello -un cascanueces vulgar y corriente vale- y luego chuperretea discretamente. Tampoco es bonito, pero no se debe renunciar al placer por motivos esté ticos.
NO administres cafeí na a los niñ os
Ni cafeí na, ni ningú n otro tipo de droga estimulante. Los niñ os ya son un elemento suficientemente radioactivo en Navidad como para encima darles coca-cola o chocolate. Evita cualquier tipo de sobreestimulació n y, durante la cena, no te empeñ es en que coman ni les obligues a aguantar horas en la mesa como si fueran adultos. Cuanto antes se vayan a jugar y dejen de dar la caca, mejor.
NO te apiporres
Meterse 3.000 calorí as en la cena de Nochebuena quizá tuvo algú n sentido en la posguerra, cuando se pasaba frí o y hambre en el invierno. Ahora que estamos todos como morsas cebadas, no. "Celebrar" no es sinó nimo de "llenar la andorga hasta que se te salga el turró n por la boca del esó fago". Tampoco es cuestió n de ponerse a hacer la Dukan justo esa noche, pero la comida sabe mucho mejor si se toma en cantidades moderadas. Ademá s no hay que olvidar que la comilona del dí a siguiente rellenará cualquier posible hueco.
NO seas cursi con el servicio de mesa
Muchas personas se ponen má s barrocas que Manuela Trasobares con las vajillas,
las cristalerí as y las cuberterí as, creyendo equivocadamente que má s es má s. Estas mismas personas sufren de adicció n a los centros florales, las velas, las piñ as y los lazos, y los colocan cual catafalcos en mitad de las mesas impidiendo la visió n de los demá s comensales. Toma la direcció n contraria y huye como de la peste del exceso y de lo recargado, que para cursi ya está Judit Mascó en el anuncio de Ferrero-Rocher.
NO hables de polí tica ni de dinero
Son dos temas que, como dice mi tí a Luisi, "no entran en el protocolo". Para disfrutar de la comida y que siente bien se deben evitar las discusiones a toda costa, y la polí tica suele dar pie a entablarlas. Por ese mismo motivo no conviene sacar trapos sucios familiares ni temas que resulten conflictivos: ya tratará s otro dí a la herencia de tí a Paqui, la ruptura con el novio de la Vane o la salida del armario de Borjita. Hablar de dinero es directamente una vulgaridad, propia de nuevos ricos, pijos de medio pelo y ejecutivillos con exceso de gomina.
NO te cuezas ni te drogues (antes)
No seré yo quien condene a nadie por evadirse de este mundo y sus miserias. Ahora bien, no pasa nada por contenerse y esperar un poquito. Una cosa es tomarse algo y llegar con un punto, pero sentarse cegató n a la mesa es una falta de respeto a la persona que ha cocinado. Si el que cocinas eres tú, un vinito vale, pero el consumo irresponsable de alcohol y drogas mientras trajinas con las cazuelas no es lo má s recomendable: recuerda que no eres Anthony Bourdain.
NO hagas los fritos tres horas antes
En el caso de que hayas cometido la imprudencia de incluir rebozados en el aperitivo debes asumir las consecuencias y tratar de freí rlos en el ú ltimo momento, aun a riesgo de oler despué s a Eau de Croquette. Una fritanga que lleve tiempo hecha es el peor inicio posible para un menú. Y lo peor de lo peor es un frito que ha estado tapado: la condensació n por el calor habrá hecho que se humedezca y el rebozado se haya quedado blando, pastoso, grasiento y repugnante.
NO improvises el có ctel
Mola servir un có ctel antes de cenar, pero mejor si lo piensas un poquito antes y, sobre todo, lo pruebas. Las improvisaciones de ú ltima hora, en plan "le pongo un chorrito de esto y una gota de lo otro", suelen producir bebercios intragables. Mi padre, que en gloria esté, era un gran aficionado a innovar en este terreno justo antes de la cena, y só lo los miembros má s alcohó licos de la familia pasaban de un sorbo con sus espantosos có cteles de champá n.
NO te vistas como si fuera Nochevieja
Nochebuena es Nochebuena, y Nochevieja es Nochevieja. Eso é así n. Aclarada esta verdad universal, te conmino a que el 24 no te calces el traje de gala ni el vestidito corto de raso con lentejuelas y volantes. Está s en una celebració n familiar que, creas en el niñ o Dios, en el solsticio de invierno o en Justin Bieber, tiene un origen religioso. Relá jate y ponte algo discreto y elegante, que ya irá s hech@ un cuadro en Fin de Añ o.
NO te creas Ferran Adrià
La experimentació n y la libertad creativa está muy bien... cuando no tienes a toda la familia cenando en casa en una fecha señ alada. Si controlas mucho de cocina, da rienda suelta a la imaginació n. Si no, reprime al cocinero molecular que llevas dentro y limí tate a lo seguro o a lo que ya hayas cocinado otras veces con buenos resultados. Recuerda, ademá s, que las uvas rellenas de foie con espuma de garnacha y coco caramelizado pueden no gustarle a la abuela.
NO muerdas las patas del marisco
10 de cada 9 dentistas recomiendan no partir las patas del marisco con la boca. No só lo estará s castigando tus molares, sino que ofrecerá s un espectá culo muy poco apetitoso para el que esté enfrente. Usa un instrumento adecuado para ello -un cascanueces vulgar y corriente vale- y luego chuperretea discretamente. Tampoco es bonito, pero no se debe renunciar al placer por motivos esté ticos.
NO administres cafeí na a los niñ os
Ni cafeí na, ni ningú n otro tipo de droga estimulante. Los niñ os ya son un elemento suficientemente radioactivo en Navidad como para encima darles coca-cola o chocolate. Evita cualquier tipo de sobreestimulació n y, durante la cena, no te empeñ es en que coman ni les obligues a aguantar horas en la mesa como si fueran adultos. Cuanto antes se vayan a jugar y dejen de dar la caca, mejor.
NO te apiporres
Meterse 3.000 calorí as en la cena de Nochebuena quizá tuvo algú n sentido en la posguerra, cuando se pasaba frí o y hambre en el invierno. Ahora que estamos todos como morsas cebadas, no. "Celebrar" no es sinó nimo de "llenar la andorga hasta que se te salga el turró n por la boca del esó fago". Tampoco es cuestió n de ponerse a hacer la Dukan justo esa noche, pero la comida sabe mucho mejor si se toma en cantidades moderadas. Ademá s no hay que olvidar que la comilona del dí a siguiente rellenará cualquier posible hueco.
NO seas cursi con el servicio de mesa
Muchas personas se ponen má s barrocas que Manuela Trasobares con las vajillas,
las cristalerí as y las cuberterí as, creyendo equivocadamente que má s es má s. Estas mismas personas sufren de adicció n a los centros florales, las velas, las piñ as y los lazos, y los colocan cual catafalcos en mitad de las mesas impidiendo la visió n de los demá s comensales. Toma la direcció n contraria y huye como de la peste del exceso y de lo recargado, que para cursi ya está Judit Mascó en el anuncio de Ferrero-Rocher.
NO hables de polí tica ni de dinero
Son dos temas que, como dice mi tí a Luisi, "no entran en el protocolo". Para disfrutar de la comida y que siente bien se deben evitar las discusiones a toda costa, y la polí tica suele dar pie a entablarlas. Por ese mismo motivo no conviene sacar trapos sucios familiares ni temas que resulten conflictivos: ya tratará s otro dí a la herencia de tí a Paqui, la ruptura con el novio de la Vane o la salida del armario de Borjita. Hablar de dinero es directamente una vulgaridad, propia de nuevos ricos, pijos de medio pelo y ejecutivillos con exceso de gomina.
NO te cuezas ni te drogues (antes)
No seré yo quien condene a nadie por evadirse de este mundo y sus miserias. Ahora bien, no pasa nada por contenerse y esperar un poquito. Una cosa es tomarse algo y llegar con un punto, pero sentarse cegató n a la mesa es una falta de respeto a la persona que ha cocinado. Si el que cocinas eres tú, un vinito vale, pero el consumo irresponsable de alcohol y drogas mientras trajinas con las cazuelas no es lo má s recomendable: recuerda que no eres Anthony Bourdain.
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