A las buenas noches. No he desertao, que estoy aquí rodeado de austriacos y alemaneses
D. Antonio, pero por donde nos anda, querido amigo?
En el destierro, que no es poco.
Si a usted lo destierran, el que fuera o fuese merece nuestros más sinceros deseos calechiles (que al sentarse, en su trasero, se le claven dos mil imperdibles)