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CANALES: bonita, triste, alegre, y melancólica con olor a otros...

Ya estamos todos los niños del barrio reunidos muy cerca de los Emprunos, al lado de la vieja bocamina, que está bajo la pequeña mata de robles, en la finca de Santiago el de Adonina. Hace frío, y llueve como ahora. Toda la Romería se ha volcado en los preparativos y en cada casa hemos recogido golosinas y pastas. Las madres no han sido partidarias, de hacer la hogera en el monte, pero al final, algunas han subido también. Pepito Vega nos ha dado una rueda vieja del Studebaker, para que, con un poco de combustible iniciemos el fuego.
Allá a lo lejos, por el Cillerón, se ve una caravana de luces de coches (en aquella época había muy pocos automóviles) y alguien da la voz de alarma. ¡Que vienen, que vienen! Hay que prender el fuego, rápido, rápido... que allá por Somata ya se ven algunas lumbres pequeñas. Llueve otra vez y una gota de agua se balencea en la nariz del incendiario. Las cerillas están mojadas. Aparece un mechero de gasolina, de los austriacos, metálico... se hace el silencio. La llamarada de la gasolina se extiende sobre el neumático. Gritos de júbilo... ¡Ya está, ya está! Toses... el humo lo invade todo. Llueve con más intensidad y las escobas prenden con dificultad. Ahora el humo es más denso, más blanco, más respirable, si ello es posible. El griterío es enorme. Villancicos, dulces, algún cigarrín encendido a escondidas y la ilusión... Los Reyes este año vienen más pobres... cerraron la Carmen. Los mayores tapan con tierra los últimos rescoldos de la hoguera y las madres (Ay, las madres) dando las últimas recomendaciones para la bajada. ¡Cuidado con la chimenea de la mina!, ¡No bajeis por la escombrera...!
50 años de nada, han pasado... No había cabalgata, ni tanta juguetería. Eran otros tiempos, no sé si mejores o peores, pero otros tiempos y otras gentes

bonita, triste, alegre, y melancólica con olor a otros tiempos toño, a unos tiempos en que el escaparate de neli era nuestra ventana a la ilusión, y su tienda eran dialogos a medias en el que madres y neli o su madre se entendian casi sin palabras para que nosotros loos niños que entrabamos y nos quedabamos mirando aquel muñeco mezcla de piedra y cartón, esperando a que se quemaran las escobas de las que tu hablas y yó recuerdo con su olor a.... no sé? a pueblo a nuestro pueblo a nuestro frio invierno a algo que se lleva siempre grabado como si de un tatuaje se tratara, algo que nunca se olvida vivas donde vivas y nunca vuelvas a sentirlo en tu nariz, siempre lo llevas contigo y vuelves a sentirlo en cuanto alguien lo describe como tu lo has hecho, gracias amigo por escribir esto en una tarde-noche en que las play, las nintendo, los gormitis, y el bob esponja ocupan las cartas de los niños de ahora, nosotros hemos vivido otros tiempos y como tu diices ni mejores ni peores! eran y son otros tiempos!