Cuando a uno le abordan sendas princesas y mientras le dicen un: "felicidades papá", le entregan una bolsa con dos regalos (una camiseta y un cinto), aquí el que suscribe siente que su baba le cae sin cesar y mientras las abraza y las besa, esa sensación de tocar el cielo con las manos, le hace pensar y recapacitar en las cosas verdaderamente importantes que tiene la vida y que emocionan mientras las comparto con todos ustedes. Vivan mis dos hijas ¡