Buenos días querida LOLA. El otro día pasé por tu
casa y tu vecina del kiosko me dijo que no debías estar, quedé apenado por no poderte ver, pero sin embargo ahora sé que ya estás. Te mando un fuerte abrazo, preciosa. Tu bolsica con la gorrina y la camiseta la tengo metida en el frigo, pero prometo no comérmela, solo es para que se conserve como tú. Al fín y al cabo deben ambas prendas estar a tu altura. Pasa buen día.