Las madres siempre están viajando, viajan de una camisa de sus hijos a otra camisa, de un botón de chaqueta a otro.
Es mandato divino amar a quien la axistencia nos ha dado, y gran prudencia hacer feliz su destino.
Todo lo que soy o espero ser se lo debo a la angelical solicitud de mi madre.
El padre y el hijo son dos. La madre y el hijo son uno.
El amor materno un instinto que contiene el aliento de la divinidad.
Abro mi corazón y te siento a ti mamá que floreces de esperanza el futuro de mi vida
Los hijos reflejan el amor y el respeto en que sus madres los han educados.
El corazón de una madre es un abismo en el fondo del cual siempre encuentras un perdón.
Muchas maravillas hay en el mundo; pero la obra maestra es el corazón materno.
Los niños comienzan por amar a sus padres. Cuando ya han crecido, los judgan. Y algunas veces, hasta los perdonan.