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CANALES: Amigos, esta historia llega a su fin, por fin. Ahi...

Amigos, esta historia llega a su fin, por fin. Ahi va el ultimo capitulo del extraordinario ultimo viaje de lucerito.

Y no cesa de mirarles y de cuchichear con Lipe diciéndole que seguro que son ellos, ellos los responsables del caso y que le dan ganas de llevárselos a todos al cuartel; mientras Pepin sigue con su aburrida cháchara que nadie escucha sin darse cuenta que está a punto de hincharles las narices a todos.
- No ze prezipite mi zargento, tenga cuidado. Contestaba Lipe. No se prezipite. Mire que no tenemos cazo. Hemoz eztado dando tumbos; toda la noche perziguiendo zombras, mi zargento, zolo han zido zombras.
Argumento que llega a oidos de Avelino quien se acerca y le dice a Dalmacio en voz queda, acompañado de una fuerte pestazo a alcohol y contagiado del acento granadino: -No zon zombras, mi capitán, no zon zombras: zon zombiz, zombiz y vampiroz que eztán entre nosotroz.
Mientras tanto Pepin sigue con lo suyo, con su tema, que menuda noche. Que se había acostado a la una, y a las dos ya sabía que iba a ser una noche larga y difícil, así que encendió la radio, pero todo eran deportes y la volvió a apagar. A las dos y media se levantó y se preparó un vaso de leche con galletas que se llevó a la cama. Y a las tres se levantó de nuevo a sacudir las sábanas, que parecía que estaban llenas de migas, que todo el cuerpo le picaba. A las cuatro se asomó a la ventana a ver qué ruidos eran esos que había en la calle, seguro que son los chavales que vienen de la discoteca. Y a las cinco decidió que para estar dando vueltas en la cama mejor se iba al bar, que más ganaría allí. Y por cierto, no seríais vosotros los que estuvisteis tocando las campanas toda la noche ¿verdad?.
Si al principio de este relato ya Juan le había lanzado a una de sus preguntas dos dardos envenenados, ahora fue general la lluvia de proyectiles, dardos, flechas emponzoñadas con curare de los jíbaros del amazonas, cuchillos, puñales y machetes. Hasta uno de ellos cogió un fusil ametrallador kalasnikov y descargó toda la cinta de balas sobre Pepín y la colección de botellas que estaban detrás de él provocando una lluvia de cristales y destrozando todo el bar.
Pepín les pone los cafés y chocolates en la barra y Toño el Barbero, impaciente, desfallecido y hambriento como estaba, se abalanza sobre una taza de chocolate y.... se quema la boca. (Cómo logró aguantarse, mantener el tipo y no aullar de dolor delante de todos nadie lo sabe, pero los que estaban allí vieron como de sus ojos salían unos lagrimones como naranjas y su lengua, colgando, parecía una corbata); y Pepin al percatarse ahora y mas de cerca del aspecto que presentan los muchachos les dice:! Anda que vosotros también, vaya cara que traéis! ¡parece que no habeis dormido mucho, no! ¡Menuda juerga os habréis corrido esta noche en la discoteca del Crucero!. A lo que Juan no aguantando más y como un felino, salta la barra del bar y se lanza al cuello de Pepin mientras sus amigos intentaban separarles, o le ayudaban (nunca quedó del todo claro); y Lupina, la más lúcida de todos, sentada un poco más allá, recordando todas las aventuras corridas y viendo la escena que se presenta ante sus ojos no puede reprimir una fuerte y sonora carcajada, al tiempo que el sargento Dalmacio poniéndose de pie y dando un fuerte puñetazo en la barra exclama en voz alta:! QUE SE PAREN, COÑO!. ¡YA ESTA BIEN, TODO EL MUNDO AL CUARTEL!
Y allá van todos, con las primeras luces del día, en fila de a uno, abriendo la marcha Pepin, quejándose que él es inocente, que no ha hecho nada, y que mejor se hubiera quedado en la cama por muy mala noche que hubiera pasado; sujetando del brazo a Avelino para que no se cayera, que le va contando no se qué de las virtudes de los ajos y de las estacas de madera; seguido de Jose Angel en minifalda rascándose el culo, seguido de Juan con la suya escocesa y murmurando que solo, tan solo eran 20 metros; seguido de Toño Barbero contoneándose con su falda hawaiana y la lengua afuera, seguido de Toño Ruco arrastrando una larga y floreada bata de cola; unos metros más atrás Luis angel intentando levantarse del suelo después de haber tropezado por enésima vez con sus propios pantalones; y por último Lupina intentado con las manos apagar una alegre carcajada. Cierra la procesión el sargento Dalmacio delante de Lipe que va conduciendo el Land-Rover, quien se pregunta en qué clase de pueblo fue a caer y si no hubiera hecho mejor quedándose a trabajar en el almacén de su padre; mientras a lo lejos se oye de nuevo el repicar de las campanas de la Iglesia.
Una vez en el cuartel, Luis Angel pregunta: ¿Alguien sabe de mi maleta?
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Amigos, así fue realmente la historia del entierro de Lucerito. Yo solo me he limitado a contarla.
Seguro que volverán a surgir dudas sobre su veracidad, o si todo es un cuento, pero yo no me voy a molestar defendiendo mi versión. Si alguno de los protagonistas tiene otra versión que la cuelgue en este foro si quiere.
De todos modos todos sabéis que corre el rumor que en la noche de difuntos se oye rebuznar a Lucerito por distintos rincones del pueblo. Incluso hay gente que afirma haberlo visto. Para mí que eso son cuentos de viejas. Aunque lo que si sé que es verdad, que de aquella salieron varias coplas relativas a esta historia, por lo que ruego que si alguien las tiene o las conoce que las cuelgue en este foro.
Yo por mi parte intenté que Cuatro Valles hiciera una ruta guiada por el pueblo basándose en esta historia, como cuando sacaron las rutas de los zancos, o la del oro del Omaña y otras, pero se rieron y se lo tomaron a chunga. Espero que a raíz de la publicación de la historia en este foro se lo vuelvan a plantear.
Y por último, un ruego a todos los abuelos y abuelas, principalmente a los que empiezan a ejercer. Como sabéis uno de vuestros deberes más sagrados es contar cuentos a vuestros nietos, pero si además estos cuentos son historias de las gentes de nuestro pueblo, mejor, porque así perdurarán para siempre en nuestra memoria y sobre todo, porque como dijo aquel viejo sabio de Canales, el abuelo Rosales: “ un pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”.

Un saludo para todos.
Jose, el tercero de los castañales.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
jajaja y aqui descanse en paz lucerito y los mosqueteros jajaja, gracias jose tu narrativa es excelente y ten por seguro que a mis nietos (cuando los tenga) le contaré con pelos y señales.
LA COMPRA DE SU MASCOTA
FUÉ UNA HAZAÑA Y ES UN MITO
LA BAJARON DE RIELLO
Y SE LLAMA LUCERITO
Y EL DIA QUE SE MURIÓ
CON SALVA DE UN CAÑON
LO ENTERRARON CON HONOR
Y UNA MALETA DE LA LEGIÓN
..... VIVA CANALES