ADIOS,
AMIGO ¡
Te dije por última vez ayer a las seis de la tarde en
San Isidro y no me contestaste. Nunca te lo tendré en cuenta ya que a las diez partiste y por ser tú y solamente tú, lo hiciste con una sonrisa.
La lección que nos has dejado es magistral, de las que nunca se olvidan.
Pasaste por entre nosotros "siempre en positivo", dándonos de tí todo lo mejor y
nunca, nunca te quejaste. Motivos tuviste más que de sobra por ese largo y penoso
camino que te tocó recorrer y sin embargo
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