Oración para el primer día.
Tristísima y dolorosísima
Virgen María, mi Señora, que al paso que se llenó vuestro corazón de un gozo inexplicable cuando presentasteis a vuestro precioso Hijo en el templo para ofrecerle al Eterno Padre por las manifestaciones de júbilo que manifestó Simeon al recibirlo en sus brazos, asi tambien fué traspasado con la espada del dolor al oir aquellas palabras, que "sería
ruina y el objeto de contradiccion para muchos", hasta el extremo de morir crucificado del modo
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