BONELLA: Es una poesía muy evocadora, la he leído muchas veces...

RINCON POETICO

LA CASA CERRADA

Cada vez que paso
me paro a verla,
y siempre la encuentro cerrada, me cuesta
creer que se han ido...
que no están en ella.
Desde que era niño, hace tanto tiempo
que perdí la cuenta,
mañanas y tardes,
domingos y fiestas,
iba yo a la casa con la ropa nueva,
a pasar un rato
en "ca" de la abuela,
y a ver al "tío Majo",
el de la visera.
Los días laborables,
cuando aquel maestro de la barba luenga
soltaba los niños
cerrando la escuela,
salía yo corriendo
con las "almadreñas"
Vaquillín arriba rumbo hacia la iglesia...
Pasada la casa
de la tía Teresa
y Manuel el sastre,
había una puerta- la vieja - cancilla -
a mano derecha...
Sin llamar jamás,
- siempre estaba abierta -
cantando bajito,
entraba por ella gritando: Está tío, agüela?
Desde la cocina,
como si la oyera,
una voz decía: Si hijo mío, entre.
Un día... no recuerdo,
marché para América,...
Pasaron los años,
Muchas primaveras,
llenaron de flores la casona aquella;
muy fríos inviernos
soportó impertérrita;
veranos ardientes,
caldearon sus tejas,
y el tupido otoño, pintaba la era
con flores moradas o quitameriendas...
Cambiaron los tiempos...
Estalló la guerra!
Crecieron los niños...
Retorné de América....
y encontré la casa- la casona vieja -
tan desconocida
por dentro y por fuera,
casi no acierto
a reconocerla.
La vieja cancilla
de tosca madera,
no estaba en el sitio
donde yo la viera
y en su puesto había unas puertas regias
de noche cerradas,
pero siempre abiertas
desde que bruñía
el sol la veleta de la vieja torre
que hoy está sin ella...
Todos los veranos
cuando agosto quema
voy a Villayuste, mi querida tierra
a pasar "San Roque"
tradicional fiesta
que celebra el pueblo
con fervor de aldea.
Dicen los más viejos que es una promesa
que el pueblo hizo al Santo
y que hay que tenerla.
Ahora cuando llego,
por la misma fecha,
me paro al pasar...
me paro a verla....
Pero... Ay! que no está
como antes abierta...
"Es cosa cerrada"... Me da tanta pena!
que siento en el pecho
correrme una presa
de lágrimas vivas con mística fuerza
que sube a los ojos
y el llanto me ciega.

Pistola

Es una poesía muy evocadora, la he leído muchas veces y siempre me invade una gran añoranza de la casa en la que nací. Es un regalo que esté aquí colgada para que podamos disfrutarla todos y que no se haya perdido para siempre entre los papeles de una "casa cerrada". Gracias por abrirla a todos los que tenemos la suerte de pasar por este foro.