Aquí estoy...
En este mundo todavía... Viejo y cansado... Esperando
A que me llamen...
Muchas veces he querido escaparme por la
puerta maldita y condenada
Y siempre un ángel invisible me ha tocado en el hombro y me ha dicho severo: No, no es la hora todavía... Hay que esperar... Y aquí estoy esperando... Con el mismo
traje viejo de ayer, haciendo recuentos y memoria, haciendo examen de conciencia, escudriñando agudamente mi vida... ¡Qué desastre!... ¡Ni un talento!... Todo lo perdí. Sólo mis
... (ver texto completo)