ARDON: ¡Hola!...

¡Hola, paisanos y seguidores! Perdonad que sin advertencia ni previo aviso me tomara un curso sabático, el anterior a éste que comienza. Necesitaba un descanso. Tema nuevo: Aparecidos.
Referencia de niños “aparecidos” y nacidos “fuera de matrimonio”, hijos ilegítimos, en el municipio de Ardón en la década de 1841 a 1849.-
Entre el 1º de enero de 1841, día en que nace en Cillanueva, calle la Iglesia Nº1, a las once de la noche un niño llamado Manuel José, hijo de Ubaldo García, natural de Ardón, y de Mª Isidora González, natural de Banuncias, ambos labradores y vecinos de Cillanuerva, el cual niño fue bautizado en la parroquia de San Justo y Pastor, y el 15 de octubre de 1849, fecha del último registro de nacimientos constatado en dicho año, correspondiente a una niña llamada Teresa, nacida en dicho día a las cuatro de la tarde en Villalobar, hija de José Martínez, natural de dicho pueblo, y de Dominga Álvarez, natural de Cabreros del Río y ambos vecinos de Villalobar, en cuya parroquia de San Miguel fue bautizada, se producen en todo el municipio de Ardón 400 nacimientos, una media de 44 niños por año, aunque en 1846 nacieron 55 infantes y, en los dos últimos años de la década, solamente fueran 39 los inscritos cada año.
Todos son reconocidos, como nacidos de legítimo matrimonio cuando sus padres están casados, no ocurriendo lo mismo con aquellos niños que son abandonados al nacer –hijos de padres ignotos- o son hijos de madre soltera, en cuyo caso se obvia en el registro el nombre del padre, sustituyéndolo por un “no se sabe”, y sí se hace constar el nombre de la madre y de los abuelos maternos.
Ciñéndonos a la década indicada podemos concretar el abandono de diez infantes y de tres nacidos fuera de matrimonio, trece hijos ilegítimos en total, un 3´25% de los registrados; este porcentaje varía de unos años a otros, dado el caso que hay años -1846-47 y 48- en que todos los nacimientos son fruto de legítimo matrimonio y otros, los restantes años, en que la cantidad de casos varía de unos a otros, como veremos a continuación:
En el año 1841, niños nacidos 42, de ellos abandonados 5: el día 22 de febrero aparece un niño en Ardón, de padres desconocidos, al que se le pone el nombre de Luis Ángel de Nª Señora cuando le bautizan en la parroquia de San Miguel (Nº5); el día 7 de julio aparece en Fresnellino del Monte una niña, a la que llamaron Fermina, hija de padres ignotos y a la que bautizaron en la parroquia de la Traslación de Santiago (Nº22); el 12 de octubre se le pone el nombre de Francisco Froilán Expósito a un niño aparecido en Ardón, hijo de padres incógnitos y bautizado en la parroquia de Santa María el mismo día (Nº34); asimismo en Ardón, el día 31 de octubre, aparece una niña, hija de padres incógnitos, a la que se le da el nombre de Teresa Expósito, siendo bautizada asimismo el mismo día en la parroquia de Santa María (Nº37); en Benazolve el 24 de diciembre se registra el nacimiento de un niño, hijo de padres incógnitos, al cual se le pone el nombre de Gregorio Inocente Expósito, siendo bautizado en la iglesia de Santa Marta (Nº42) y muriendo el mismo día de la aparición y siendo enterrado en el campo santo de dicho pueblo sin tener más noticias de él (Nº38).
En el año 1842, niños nacidos 46, de ellos dos abandonados y uno extramatrimonial: el 17 de junio, a las siete de la tarde, nace en Ardón una niña llamada Dorotea, hija de Ana Marcos, natural y vecina de Ardón, el nombre del padre “no se sabe”, siendo bautizada en la parroquia de Santa María el 24 del mismo mes (Nº21); dos días después y también en Ardón, el 19 de junio, se registra el nacimiento de Plácido Luis Expósito, y su bautismo en la parroquia de San Miguel, hijo de padres incognitos (Nº22); El 27 de noviembre aparece en Ardón un niño, hijo de padres incógnitos al que se le pone el nombre de Francisco Expósito, siendo bautizado en la parroquia de San Miguel el mismo día (Nº44).
Durante los años 1843-44 y 45 solamente se conoce un caso en cada año, entre los 47-40 y 46 nacimientos registrados en cada uno de ellos respectivamente: el 15 de mayo de 1843 en Cillanueva aparece una niña, hija de padres incógnitos, a la que le ponen el nombre de Bonifacia, siendo bautizada en la parroquia de San Justo y Pastor el mismo día de encontrarla (Nº17); el 21 de marzo de 1844 se inscribe el nacimiento de una niña aparecida en Villalobar, de padres incógnitos, a la que ponen el nombre de Elena y bautizan en la parroquia de San Miguel el mismo día (Nº14); el 6 de febrero de 1845, a las cuatro de la tarde, ve por primera vez la luz en Fresnellino del Monte una niña, hija natural de Francisca García, natural de Banuncias y vecina de dicho Fresnellino, “no se sabe” quien es el padre, a la que ponen el nombre de Dorotea, siendo bautizada en la parroquia de la Transición de Santiago el día 9 del mes en curso (Nº6).
Finalmente en el año 1849 se producen dos nuevos casos, uno de cada modalidad: el 15 de mayo en Villalobar aparece un niño a las cuatro de la mañana, hijo de padres no conocidos, el cual es bautizado en la parroquia de San Miguel, poniéndole el nombre de Torcuato (Nº18), dándose la circunstancia de que el chico muere dos meses y medio después, el 29 de julio, en el mismo Villalobar, en cuyo campo santo es enterrado (Nº21); por último el día 2 de octubre, a las tres de la mañana y en Benazolve, nace un niño fuera de matrimonio, “no se sabe” quien es el padre, al que nominan Atilano, siendo bautizado al día siguiente en la parroquia de Santa Marta y cuya madre se llamaba Manuela Nogal, natural y vecina de dicho pueblo (Nº37).
Como curiosidad informativa, porque creo que hace al caso, decir que el 22 de abril de 1843 murió una niña, nacida tres días antes y aparecida en Villamañán, a su paso por Ardón cuando era conducida al Hospicio de León; se llamaba Salvadora Florencia y fue enterrada en el campo santo de nuestro pueblo (Nº3).
Hasta aquí la información, que espero os haya interesado. De nuevo os presento mis disculpas y remito un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.

¡Hola!
Ampliando la información que remití el 27 de septiembre próximo pasado, sobre los "aparecidos" en Ardón en la década de los cuarenta del siglo XIX hoy traslado una referencia completa, sobre uno de tantos casos, el cual puede ser ilustrativo de todos los que ocurrían. En esta ocasión me voy a referir a la aparición de un niño a la entrada de una cueva de Ardón.
El hecho se produjo en la madrugada del 7 de mayo de 1873, pues fue expuesto a la entrada de la cueva de Felipe García, vecino de Ardón, en la parte de fuera (esta cueva se corresponde con la que fue de Raimundo Sutil, "el músico", y que hoy es de su sobrino Manuel Quintana, y a la que llamábamos "cueva de los pobres", ya que en su entrada, que era un tanto larga hasta llegar a la puerta de cierre, solían pasar éstos la noche, cuando pernoctaban en el pueblo) y fue notada su presencia a las cinco de la mañana por un vecino del lugar, el cual dio cuenta e hizo entrega del niño a la autoridad competente, el Alcalde constitucional del Ayuntamiento, D. Evaristo Ordás.
Éste compareció a las diez de la mañana ante el Sr. Juez municipal, a la sazón D. Gumersindo Cabreros, y el Secretario, D. Agustín Manguero, presentando, para su inscripción en el registro civil, a dicho niño y al efecto, como autoridad competente declaró que dicho niño representa ser de dos días de edad, que no se le nota señal particular alguna ni defecto de conformación (creo que podemos deducir, de esta información que da el Sr. Alcalde, que el niño ya había sido reconocido por algún médico) y que no se había hallado con él más que un papelito que dice estar bautizado de socorro, cuya letra está desfigurada, motivo por el cual no se archiva el papel. Advierte también que no se encontraron mas ropas que un pedazo de paño rojo muy viejo, que es en lo que estaba envuelto, y que al expresado niño se le ponía el nombre de "Estanislao".
El Sr. Juez, en uso de las facultades que le otorgaba la legislación vigente en aquel momento y siguiendo las instrucciones de la misma, adicionó al nombre el apellido de "González" en el mismo acto de presentación.
Todo lo cual, según el acta de nacimiento correspondiente, fue presenciado por los Srs. Manuel Álvarez Alonso y Jerónimo Castillo Canal, mayores de edad, casados, labradores, naturales y residentes en Ardón, que actuaron como testigos.
Creo que podemos entender que se describe el hecho con ciertos detalles, aunque se omiten otros importantes: no se nos dice qué hicieron con el niño. ¿Podemos pensar que lo llevarían al hospicio, como pretendían hacer con la niña aparecida en Villamañán el 22 de abril de 1843 y que murió en el camino al llegar a Ardón o que lo recogió alguna familia del pueblo como hicieron en Villalobar con Torcuato, aquel niño que apareció el 15 de mayo y murió a los dos meses y medio el 29 de julio de 1849?. Creo que nunca lo sabremos.
Al llegar a este punto me viene a la mente uno de los temas más debatidos en las tertulias televisivas mañaneras, "caso Dr. Vela y Sor María". Prefiero obviar comentarios comparativos al respecto, aunque os dejo el camino expedito para que los hagáis vosotros si os apetece.
Un cordial saludo.
Un paisano de Sabino Ordás.

¡Hola!
A fin de cerrar el capítulo sobre "aparecidos" en Ardón y, al mismo tiempo, darle una pequeña alegría a "el bodeguero" que en varias ocasiones ha solicitado información sobre D. Fidel Blanco Expósito inicialmente (momento de inscripción en el registro civil) y D. Fidel Blanco Castilla a partir del 1 de noviembre de 1932, por expreso deseo de él mimso, relataré en primer lugar la versión popular que yo conozco de su aparición y después la versión datada en la información transmitida documentalmente con el único fin de que podáis comparar y sacar consecuencias sobre la veracidad que podemos otorgar a las noticias transmitidas en Ardón oralmente de generación en generación al contrastarlas con las transmitidas a través de documentos fehacientes.
La transmisión oral cuenta que en Fresnellino del Monte, allá por el año de 1900, fue encontrado un niño entre unos maderos de una obra por un vecino del pueblo a una hora muy temprana de un día de invierno; que dicho niño era hijo de una moza de Villamañán y de "el tio Vivas", que a la sazón era el dueño de la empresa de diligencias y coches de línea de viajeros en el trayecto de Benavente a León; asi mismo, en el relato que conozco, se matiza que aquella noche fue muy fría, pues cayó una helada de órdago, y que el niño fue llevado al hospicio de León.
La versión documentada que puedo contaros se resume en que el día 25 de abril de 1900 fue presentado un niño, en Villalobar a las diez de la mañana, ante el juez municipal, D. Conrrado Álvarez Ordás, y el secretario, D. Matías Robla Suárez, por D. Marcelino Álvarez, natural de Valdevimbre, mayor de edad, viudo, jornalero y domiciliado en Frasnellino del Monte; que la presentación la hizo como vecino de dicho Fresnellino y, en la misma, declaró que dicho niño apareció abandonado al pie de la casa del vecino Feliciano González el día 24 del corriente mes de abril a las cinco de la mañana; concluyó su declaración diciendo que el niño era hijo de padres desconocidos y que se le había de poner el nombre de Fidel Blanco Expósito. Según la documentación consultada al acto de presentación asistieron dos testigos mayores de edad: D. Pantaleón Alonso, natural de Valencia de D. Juan, propietario, y D. Mariano Fernández, natural de Villalba de la Loma (Valladolid) de profesión practicante, domiciliados en Benazolve y Villalobar respectivamente.
Posteriormente, concretamente treinta y dos años después, el día 1 de noviembre de 1932, atendiendo a una solicitud personal de D. Fidel, que no estaba conforme con el segundo apellido impuesto, se le cambió el apellido Expósito por el de Castilla, como él solicitaba, a los efectos prevenidos en el artículo 34 del Reglamento y otras disposiciones legales; al margen del acta de nacimiento se plasmó la diligencia correspondiente para los efectos oportunos. En este último momento era juez municipal Emeterio González y secretario Manuel Castillo.

Espero haber dado información suficiente en las tres últimas entregas sobre el tema de "aparecidos en Ardón". Por mí cierro el capítulo, aunque quedo a vuestra disposición si tenéis curiosidad por conocer algún detalle más. Podéis establecer diálogo o ampliar el tema dándonos a conocer datos que vosotros conozcáis.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.

¡Hola!
Aunque en la entrega anterior comenté que daba por cerrado este tema de "desaparecidos", dado el caso que sigo recopilando datos sobre hechos acaecidos en nuestro pueblo en tiempos pasados, hoy os traslado una breve reseña ampliatoria de las anteriores, referida al periodo comprendido entre el 4 de agosto de 1702 y el 9 de marzo de 1769.
El 1 de marzo de 1730 apareció en el portal de la iglesia de Santa María una niña con un papel que decía que estaba bautizada, que había nacido el día de San Matías y que se llamaba Anastasia.
El 14 de septiembre de 1745 apareció, recién nacido, a las puertas de la iglesia de Santa María un niño que fue bautizado el día 17 de dicho mes. Sus padrinos fueron D. Miguel Martínez, capellán de Santa Catalina y Ana Rey, vecinos de Ardón. Le pusieron de nombre Francisco.
El 14 de junio de 1761 apareció a las puertas de la iglesia de San Miguel y fue bautizado en la iglesia de Santa María por Don Lupercio González, a la sazón cura de dicha parroquia. Fue apadrinado por José Rodríguez, natural de Lorosas, feligresía de San Bartolomé de la Esperanza, reino de Portugal, y Marcela Rey, vecina de Ardón.
Tenemos conocimiento de otra aparecida, Josefa Blanco, en este caso casada en Ardón con Rafael Santos, pues son padres de un niño nacido el día 7 de noviembre de 1760: en la partida de nacimiento de dicho niño consta que los abuelos maternos son desconocidos, amén del apellido Blanco, coincidente si os fijáis con el primero que le pusieron al querido D. Fidel, pues era uno de los apellidos más puestos a este tipo de niños aparecidos.
Un cordial saludo para todos.
Un paisano de Sabino Ordás.