Hola de nuevo, que me he enterado que aquí ha nevado estos días, y ya se sabe, los cazadores son muy rigurosos, y más el guarda que a pesar de darles un buen disgusto, les ha decretado día de gracia a las perdices. A mi mejor porque si no mañana me tendría que poner a pelar patirrojas. Ya las pelaré el día que la caza no falle, y las pobres caigan muertas de un tiro o de dos. En una bárbara me he convertido. Eso es una verdad como un templo. ¿Quién me iba a decir a mí, tan educada, tan modosita, ... (ver texto completo)