OFERTA LUZ: 5 Cts/kWh

TARDAJOS: No me queda otra que seguir contando la historia de...

No me queda otra que seguir contando la historia de este pueblo. Ya lo expliqué en la tele, que aquí habitaron los celtas en el castro, luego los romanos impusieron sus leyes al romanizar Tardajos. Y con la caída del Imperio Romano llegaron los bárbaros y Tardajos, como otros lugares quedaron deshabitados por las incursiones de esos pueblos cuyo afán era destruir, muy al contrario de los romanos cuyo afán era inculcar su civilización que a veces era también un permitir lo que había anteriormente, y sumarlo a lo que ellos traían para darlo todo como bueno. Los bárbaros no sumaban sino que aniquilaban. Y aquí es que si un día llegaron los bárbaros siguen entre nosotros de ahí el afán destructivo que siempre he visto y que he sabido. Yo creo que es hora que por fin dejemos esas malas prácticas y pensemos que lo que tenemos nos pertenece y lo defendamos. Y lo digo después de haber perdido ya tanto, por lo que me niego a seguir perdiendo más. Unos hermosos ejemplares de plataneros que en verdad eran pocos, y en vez de poner más, los arrasaron; una marquesina que era un edificio de lo más completo, que bien gestionado hubiera podido tener muchas más prestaciones de las que le dieron aquí, con un poco de imaginación. Hubiera servido de caseta de libros en los veranos, e incluso un pequeño reducto para depositar pilas. Y en vez de eso, ser pasto de una demolición para luego imponer una casetilla ridícula e ineficaz para lo que tenía que servir. Dar cobijo a la gente que esperase el autobús. Comparar los que cabían antes, y cómodamente sentados, a los que caben ahora a la intemperie. Las cifras ponerlas que no os voy a dar todo hecho.
Ahora hemos llegado al corazón del pueblo: digamos que hablo de la plaza, de los abetos, árboles sagrados que aquí son menospreciados, y a la mínima, bajo los nuevos planes, aniquilados. Del ciprés de Arizona, que tiene un porte fenomenal, lleno de vida y con el nuevo planeamiento de la plaza quedará hecho tacos y rebanadas. ¡Qué triste, de verdad! que tengáis algunos esa mentalidad destructora. Que os den unos dineros y los empleéis en adoquines, asfalto, cemento... todo resumido en un proyecto que destroza la plaza en su conjunto y la deja desnaturalizada al cien por cien. Aquí los años no cuentan, ni las vivencias de los vecinos que tienen su infancia entorno a este lugar. ¡Cómo si no hubiera que obrar de otra manera que destruyendo! Se podría hacer una ampliación de los jardines de la plaza, ya que el círculo es reducido en contraste con la gran extensión que tiene, y se podrían poner más especies vegetales, incluso jardines con flores de verdad. En todos estos años no he visto más flores que las que cultivaban sus vecinas, Valentina, María, Rosa y Elisa cuando la plaza iniciaba sus primeros pasos. Esto va degenerando a pasos agigantados. Porque de la reducción de césped en pos de especies que necesitaban menos agua, ahora se pasa al adoquín y al cemento, mientras el césped se queda reducido a dos cuadradillos ridículos que luego pretenderán nombrarlos como los jardines de Babilonia.
Menudo mandato que llevamos desde el día que unos iluminados creyeron descubrir la pólvora con el Nologito, ultrasónico, el no va más en transparencia porque tenía la facultad de anunciar los cortes de agua y de luz, las misas, y toda las fiestas, en particular la de la Patata que resulta que es la misma pero una miniatura de la que fue en un principio, y la vendían como la panacea y la gran novedad del siglo, ¡y de su propia invención! tan solo porque la anunciaban en esa APP tan novedosa. Tenía finalidades de financiación sólo que una vez conocido el invento me decidí a desgranarlo y mucho de postín encontré. Una cosa es pregonar y otra dar fruto.