LA OTRA CARA DE LA MONEDA: LA FAMA Y EL TRIUNFO EN EL DÍA SIGUIENTE AL CONCIERTO DE "ANDY LUCAS"
Para gustos, los colores. Lo que si digo, es que prefiero un paseo por el campo, como ayer, justo al lado del polideportivo de Rabé de las Calzadas, que abre todos los días, o casi todos, sin eventos estrella. Y una, desde fuera, disfruta en ver el agua correr de color chocolate, por las recientes lluvias, con la algarabía de niños, jóvenes y mayores disfrutando del deporte. Al lado, en la calle, los columpios, un pequeño aparato deportivo, un arbolado que va perdiendo las hojas, día a día, pero que sirven para nutrir la tierra, y no la derriten, se alojan las hojas, cómodamente, para hacer fértil el suelo y regenerarlo durante el tiempo de invierno.
En ausencia de niños, que están al calor, me columpio rememorando mis años infantiles. Para mi no puede haber mayor disfrute en unas horas que parecen ser solitarias y me encuentro bien acompañada con mis recuerdos. El balanceo del columpio me transporta a aquellos años cada vez que me siento en él.
Es un enclave que me ha suscitado poemas por el gran disfrute de mis hijos conmigo, jugando al frontón, en medio de una naturaleza viva que resurge cada primavera, y donde nacen los lirios, en las orillas del Urbel, bajo el puente romano, y se mezclan con la alegría de poder pasar unos ratos de ocio compartiendo las ganas de superar todo tipo de problemas juntos. Dos hijos y una madre... Fue lo mejor que me pudo pasar en el pasado.
No me habléis de fama, cuando veo el día a día en Tardajos, y me vienen los ecos de un pueblo que es el mejor. Para mí, los mejores, con creces, fueron los de mi tierra, que en medio de la algarabía, me aportaron serenidad para poder recrear esos momentos, y cuando más los necesitaba. Una, que ha recorrido tantos campos, busca y busca en cada retazo, el pasado, y lo encuentra en unas briznas de hierba, en unos lirios amarillos, casi de oro, en las aguas claras, o en las de color chocolate, si es porque el tinte viene de unas lluvias recientes que remueven la tierra.
No me habléis de fama cuando he visto a Nina de Operación Triunfo, venir a Rabé de las Calzadas para lavarse, sacudirse toda esa majadería, huyendo de la fama que ella había fabricado para los demás." No quiero cámaras, no quiero luces, no quiero periodistas cerca de mí, sólo quiero estar sola o acompañada de gente sencilla que no necesita de la fama para vivir y ser feliz". Y fue feliz aquellos días con mi amiga Marivi, sirviendo a otros peregrinos, mientras aparcaba su ajetreada vida y la volvía a encauzar quien sabe hacia qué lugar, esa profesional de hacer parecer lo que no es a los demás. Mi amiga me contó que después de "Operación Triunfo", su intención era iniciar otra faceta distinta, o similar, según se mire: la política y que se iba a presentar en las Municipales de Cataluña. Pero, ni idea, de lo que después pudo acontecer a esta estrella televisiva.
Lo único que sé es que el día siguiente de la fiesta es duro, pues ya no hay luces que alegren, ni focos que iluminen, ni se ve a la gente tan feliz. Aquí, hemos tenido muchas para poder comprobarlo. Es bueno que haya gente dentro de la fiesta y gente que permanezca fuera; si es que no se puede estar dentro y fuera a la vez. Un día, yo lo conseguí. Y por eso sigo escribiendo. En medio de la fiesta, tengo la faceta de situarme fuera, y se ve todo muy distinto.
Para gustos, los colores. Lo que si digo, es que prefiero un paseo por el campo, como ayer, justo al lado del polideportivo de Rabé de las Calzadas, que abre todos los días, o casi todos, sin eventos estrella. Y una, desde fuera, disfruta en ver el agua correr de color chocolate, por las recientes lluvias, con la algarabía de niños, jóvenes y mayores disfrutando del deporte. Al lado, en la calle, los columpios, un pequeño aparato deportivo, un arbolado que va perdiendo las hojas, día a día, pero que sirven para nutrir la tierra, y no la derriten, se alojan las hojas, cómodamente, para hacer fértil el suelo y regenerarlo durante el tiempo de invierno.
En ausencia de niños, que están al calor, me columpio rememorando mis años infantiles. Para mi no puede haber mayor disfrute en unas horas que parecen ser solitarias y me encuentro bien acompañada con mis recuerdos. El balanceo del columpio me transporta a aquellos años cada vez que me siento en él.
Es un enclave que me ha suscitado poemas por el gran disfrute de mis hijos conmigo, jugando al frontón, en medio de una naturaleza viva que resurge cada primavera, y donde nacen los lirios, en las orillas del Urbel, bajo el puente romano, y se mezclan con la alegría de poder pasar unos ratos de ocio compartiendo las ganas de superar todo tipo de problemas juntos. Dos hijos y una madre... Fue lo mejor que me pudo pasar en el pasado.
No me habléis de fama, cuando veo el día a día en Tardajos, y me vienen los ecos de un pueblo que es el mejor. Para mí, los mejores, con creces, fueron los de mi tierra, que en medio de la algarabía, me aportaron serenidad para poder recrear esos momentos, y cuando más los necesitaba. Una, que ha recorrido tantos campos, busca y busca en cada retazo, el pasado, y lo encuentra en unas briznas de hierba, en unos lirios amarillos, casi de oro, en las aguas claras, o en las de color chocolate, si es porque el tinte viene de unas lluvias recientes que remueven la tierra.
No me habléis de fama cuando he visto a Nina de Operación Triunfo, venir a Rabé de las Calzadas para lavarse, sacudirse toda esa majadería, huyendo de la fama que ella había fabricado para los demás." No quiero cámaras, no quiero luces, no quiero periodistas cerca de mí, sólo quiero estar sola o acompañada de gente sencilla que no necesita de la fama para vivir y ser feliz". Y fue feliz aquellos días con mi amiga Marivi, sirviendo a otros peregrinos, mientras aparcaba su ajetreada vida y la volvía a encauzar quien sabe hacia qué lugar, esa profesional de hacer parecer lo que no es a los demás. Mi amiga me contó que después de "Operación Triunfo", su intención era iniciar otra faceta distinta, o similar, según se mire: la política y que se iba a presentar en las Municipales de Cataluña. Pero, ni idea, de lo que después pudo acontecer a esta estrella televisiva.
Lo único que sé es que el día siguiente de la fiesta es duro, pues ya no hay luces que alegren, ni focos que iluminen, ni se ve a la gente tan feliz. Aquí, hemos tenido muchas para poder comprobarlo. Es bueno que haya gente dentro de la fiesta y gente que permanezca fuera; si es que no se puede estar dentro y fuera a la vez. Un día, yo lo conseguí. Y por eso sigo escribiendo. En medio de la fiesta, tengo la faceta de situarme fuera, y se ve todo muy distinto.