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TARDAJOS: SIEMPRE ME GUSTARON LOS PUEBLOS...

SIEMPRE ME GUSTARON LOS PUEBLOS

Debe de ser porque a mi me trataron muy bien de niña, porque sus aires eran mágicos para mi, porque di con algunos pueblos maravillosos donde muchas veces encontraba gente con un gran corazón, personas bondadosas que no contagiaban odios a los niños y niñas, y gracias a eso, aprendí a ser cristiana por el ejemplo de mis mayores: los niños para ellos éramos sagrados. Así lo sentí y así me gustaría que la gente, si no lo ha aprendido aún, lo aprenda y lo viva.

Pero me doy cuenta que eso es una utopía. Hay demasiados engaños, demasiadas mentiras, para hacer daño, por el puro afán de hacer daño.

Yo diría que vivimos en un mundo de falsos cristianos. Gentes que se hartan de arrodillarse, de darse golpes de pecho, de ir a por el cuerpo de Jesús, para después, no seguirle, y no participar de la fe con los demás hermanos.

Bueno si, con algunos y algunas, si, pero no con todos. Yo creo que esto ocurre porque se creen inferiores o superiores al resto. No creen que las personas seamos iguales. No hay una verdadera doctrina aprendida, y muchas veces, hay gente que utiliza para sí la religión. Es triste pero lo veo y lo he sentido muchas veces. Demasiadas, diría yo.

A mi, desde luego, no me pueden engañar, no me pueden decir que eso que mucha, veces hacen sea de cristianos. Y menos cuando hay afán de dominio, de demostrar que son mejores que los demás porque, es lo triste, no dicen la verdad. Dicen su verdad, simplemente. Y hay muchas veces, que faltan a la verdad.

La vida me demuestra día a día que sólo el tiempo pone todo en su sitio y en su lugar. No hay nada mejor, que esperar a que la verdad se imponga.

Otra de las buenas cosas de los pueblos en los que viví fueron la pureza de los paisajes que me gustaban mucho, fuentes que me llenaban de vida, y nunca me cansaba de oír y sentir a la naturaleza a mi alrededor. Lo bueno, es que todavía la siento.

Siempre los defenderé, a los pueblos, me refiero, porque ahí aprendía a creer en el ser humano, en la vida, en la fe - que por muchas personas que vea "interesadas en sus intereses y dominios", no me harán nunca cambiar de idea. Porque la fe me ha hecho persona.