¿Os acordáis del primer Tunning que se hizo en Tardajos, y en lo que produjo al vecindario?
Muchas averías en las calles, muchos coches estropeados por la moda quemarlos en plena calle o de tunearlos- y gastándose una pasta gansa la gente antojadiza de esa actividad por influenciarse en ese tipo de modas, que a las casas que venden los accesorios les salen muy bien, y les interesa que haya gente que compre y destroce un coche. Una comedura de coco, diría yo.
También tuvo algo bueno esa tunning, ya que como soy amiga de Juan Vicente Herrera me dirigí a él para hacerle llegar mi queja- porque aquello fue un atropello y encima no vi nada saludable esa actividad en que por la noche había muchos niños bebidos o medio drogados. ¡La de potas que había por la mañana...!
Cortar la plaza, el día de las Comuniones. Claro, algunos obtendrían ventajas. Total, eran solo tres niños: uno, de otro pueblo; otra, que vivía lejos de la movida, y el tercero, el mío, que como bien sabéis siempre hemos vivido en la plaza. Me cortaron la entrada tapiada con vallas, y mis invitados tuvieron que aparcar donde Dios les dio a entender.
En Madrid, la gente está acostumbrada a tener sus coches en garages, pues en la calle cuesta dinero; en los garages también, pero no tienes que estar pendiente de poner dinero, ni de la grúa, si está mal aparcado. Total que aquel día fue un desbarajuste para quien si tiene costumbre a tener todo bajo control. Mi cuñado, que es profesor de filosofía, lo pasó fatal, fatal. Le llevaban los demonios el tema del tunning y el tener que cambiar el chip, de poner su coche al resguardo, que como tenemos varios garages los hermanos, siempre lo ha hecho así. Lo primero que hace cuando viene es guardar su coche.
Y tuvimos que ir a misa por la puerta de atrás. Lo avisé en cuanto lo supe, ya que estaba al tanto de todo. Que cambiasen la fecha y "nastis de plastis". Aquello, se hacía en ese día porque alguien así lo había decidido y punto. Pues bueno, que sepáis que los ciudadanos tenemos la opción de la queja por escrito a quien corresponda. Y si encima, tenemos amigos tan importantes como lo es el presidente, mejor que mejor. Soy partidaria de no andarme por las ramas e ir a la principal, la que corta el bacalao. Teniendo esa opción, y sabiendo que el señor presidente siempre nos había aconsejado ser críticos, lo aproveché; a la vez que descargaba mi ira, escribiendo de todo. Casi todo lo suelo resolver escribiendo. Porque cuando pones lo que sientes por escrito, estás materializando tu indignación o tu sentimiento, y luego, lo puedes manejar mejor para darlo a conocer, explicarlo, exponer tus razones. Es una práctica muy sana que siempre me ha dado buenos resultados.
Estamos hablando de curas también. Un cura me dio un buen consejo: expón tu queja razonándola, hablando claro porque lo importante es que a quien te diriges, te entienda.
Sobre el papel, me explico de perlas pues tengo una práctica fenomenal que siempre he practicado.
Ahora comentaré que hacían en otros pueblos a un tiempo en que aquí se hizo la famosa tunning.
Muchas averías en las calles, muchos coches estropeados por la moda quemarlos en plena calle o de tunearlos- y gastándose una pasta gansa la gente antojadiza de esa actividad por influenciarse en ese tipo de modas, que a las casas que venden los accesorios les salen muy bien, y les interesa que haya gente que compre y destroce un coche. Una comedura de coco, diría yo.
También tuvo algo bueno esa tunning, ya que como soy amiga de Juan Vicente Herrera me dirigí a él para hacerle llegar mi queja- porque aquello fue un atropello y encima no vi nada saludable esa actividad en que por la noche había muchos niños bebidos o medio drogados. ¡La de potas que había por la mañana...!
Cortar la plaza, el día de las Comuniones. Claro, algunos obtendrían ventajas. Total, eran solo tres niños: uno, de otro pueblo; otra, que vivía lejos de la movida, y el tercero, el mío, que como bien sabéis siempre hemos vivido en la plaza. Me cortaron la entrada tapiada con vallas, y mis invitados tuvieron que aparcar donde Dios les dio a entender.
En Madrid, la gente está acostumbrada a tener sus coches en garages, pues en la calle cuesta dinero; en los garages también, pero no tienes que estar pendiente de poner dinero, ni de la grúa, si está mal aparcado. Total que aquel día fue un desbarajuste para quien si tiene costumbre a tener todo bajo control. Mi cuñado, que es profesor de filosofía, lo pasó fatal, fatal. Le llevaban los demonios el tema del tunning y el tener que cambiar el chip, de poner su coche al resguardo, que como tenemos varios garages los hermanos, siempre lo ha hecho así. Lo primero que hace cuando viene es guardar su coche.
Y tuvimos que ir a misa por la puerta de atrás. Lo avisé en cuanto lo supe, ya que estaba al tanto de todo. Que cambiasen la fecha y "nastis de plastis". Aquello, se hacía en ese día porque alguien así lo había decidido y punto. Pues bueno, que sepáis que los ciudadanos tenemos la opción de la queja por escrito a quien corresponda. Y si encima, tenemos amigos tan importantes como lo es el presidente, mejor que mejor. Soy partidaria de no andarme por las ramas e ir a la principal, la que corta el bacalao. Teniendo esa opción, y sabiendo que el señor presidente siempre nos había aconsejado ser críticos, lo aproveché; a la vez que descargaba mi ira, escribiendo de todo. Casi todo lo suelo resolver escribiendo. Porque cuando pones lo que sientes por escrito, estás materializando tu indignación o tu sentimiento, y luego, lo puedes manejar mejor para darlo a conocer, explicarlo, exponer tus razones. Es una práctica muy sana que siempre me ha dado buenos resultados.
Estamos hablando de curas también. Un cura me dio un buen consejo: expón tu queja razonándola, hablando claro porque lo importante es que a quien te diriges, te entienda.
Sobre el papel, me explico de perlas pues tengo una práctica fenomenal que siempre he practicado.
Ahora comentaré que hacían en otros pueblos a un tiempo en que aquí se hizo la famosa tunning.