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REDECILLA DEL CAMINO: Sin fechar, embarcado hacia América, Vicente Martínez...

Hechos o milagros según la Novena de la Virgen de Ayago[4].
El mismo autor se muestra muy reservado a la hora de dar categoría de milagro a lo que va a narrar cuando dice[5] “... obedeciendo como debo a los sabios y justísimos decretos pontificios, de cuya infalible regla en nada pretendo separarme”.

Y similar cautela muestra sobre el contenido de los hechos, cuando escribe[6]: ”Es verdad que nada se halla escrito, ni menos autenticado en la forma debida, de este particular, y que por esto ignoramos mucho de lo que en los siglos pasados haya acontecido de raro o digno de notarse; mas también lo es, que todo lo que aquí se relata ha sido pública voz y fama, y contestado por algunos de los testigos fidelignos, que lo presenciaron o lo oyeron

Sin fechar, nos narra como el cura D. Andrés Ternero, dispuso la limpieza del pozo de Ayago, que estaba lleno de piedras. Durante esa tarea una de las piedras más grandes se precipitó al fondo sin que la persona que estaba abajo sufiera ningún daño tras el ruego a la Virgen.
.- El 25 de Mayo de 1743, D. Fermín Ameyugo natural de Herramelluri estaba en Madrid con su madre, camino de Sevilla. Se cae de la calesa debajo de las ruedas. Su madre implora a la Virgen de Ayago y “se levantó el mismo sin lesión alguna”.
.- Sin fechar, Julian Aparicio vecino de Zabárrula vio venirse abajo su casa con sus dos hijos dentro- Imploró a la Virgen de Ayago y tuvo tiempo para sacar a sus hijos; una vez fuera se cayó la casa.

Sin fechar, embarcado hacia América, Vicente Martínez de la Junquera natural del Redecilla vio peligrar la embarcación por una enorme tempestad; imploró a la Virgen de Ayago, se le apareció en el barco y se produjo la travesía sin novedad.
.- Sin fechar, un particular devoto está embarcado, enfermo y sin auxilio médico posible, se cura tras la invocación a la Virgen de Ayago.
.- Sin fechar, nos habla el autor de la propagación rápida de una grave epidemia. La imagen de la Virgen estaba en su ermita. El cabildo y ayuntamiento decidieron bajarla en rogativa, y al pasar por las calles, sacan los enfermos a las ventanas. Por su intercesión además de sanar todos, “cesó prontamente esta enfermedad”.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
“Lo acontecido en el año de 1740 es un irrefragable testimonio de esta verdad”: una sequía, pertinaz, asola la comarca. “Perdidos los campos, muertos los ganados”, los pueblos de Villarta-Quintana, Quintanar y Bascuñana junto con el de Redecilla suben al santuario a implorar remedio a la Virgen de Ayago. El dia estaba sereno, pero al salir en rogativa, el cielo “se entoldaba, y en seguimiento de los que la acompañaban venía lloviendo. No se verficó que se mojase alguno...”; mas cuando llegan a la ... (ver texto completo)