Arco de Presencio, PAMPLIEGA

Pampliega estuvo cercada de murallas. En 1828 se de­cía de ellas: “el pueblo se extiende a media falda meri­dional y occidental del cerro en cuya cima estaba el casti­llo, y según se ve por los fosos podía ser para mucha gen­te. El año 1827 se encontraron dos vigas puestas en punta sobre cimientos de piedra, que significa que el cas­tillo volaba mucho hacia la población. Las murallas baja­ban por el lado del río a las puertas que llaman de Bur­gos, de allí giraban por la parte más baja de la iglesia y formaban una manga, volviendo a la puerta del puente. Por el lado del solano bajaban desde el castillo a la puerta que mira a Presencio, y de allí por medio círculo cerraba en el mismo puente. Por manera que solo tenía el pueblo tres entradas, por el puente, que mira al rega­ñón, por la puerta de Burgos, al cierzo, y por el solano, la que mira a Presencio. Solo este arco subsiste, que es de piedra muy decente a mampostería concertada; el grueso de sus paredes es de 5 pies comunes y treinta de altura y además sus almenas… El pueblo tuvo sitio abun­dante para edificar dentro de las cercas hasta el siglo XVI, en que con el auge del mercado se inicia la construcción fuera de las murallas.”

Aún permanece la citada puerta de Presencio, de arco ligeramente rebajado al exterior y muy plano inte­riormente. Ha sido excesivamente restaurada hace pocos años. Parece que la cerca sufrió diversas remodelaciones con los siglos. A una parte de ella se le conoció con el nombre popular del “Saetín”. Desde el castillo bajaba una galería que se bifurcaba en el centro de la población, yendo a parar uno de sus ramales al río Arlanzón.