La larga tapia del colmenar discurría a lo largo del camino que salía del pueblo en dirección a Acedilo y Coculina, a Fuentebuena y también a los brezales.
Una vez cruzada la puerta de acceso a la huerta se encontraba uno, sin solución de continuidad, bajo un emparrado que ofrecía su sombra refrescante en los tórridos días de verano que, no sé por qué, se me antojaban más cálidos y más abundantes que en la actualidad. Veinte metros a la derecha, en el centro de la huerta, el gran nogal que ya había ... (ver texto completo)
Una vez cruzada la puerta de acceso a la huerta se encontraba uno, sin solución de continuidad, bajo un emparrado que ofrecía su sombra refrescante en los tórridos días de verano que, no sé por qué, se me antojaban más cálidos y más abundantes que en la actualidad. Veinte metros a la derecha, en el centro de la huerta, el gran nogal que ya había ... (ver texto completo)