Ofertas de luz y gas

LA NUEZ DE ARRIBA: Javier sentía muchas cosas mientras miraba al suelo...

Historia de amor I: Sueños (1ª parte)

Javier deambulaba por la Gran Vía sin demasiado ánimo aquella noche. Era Sábado, un sábado de tedio desmesurado. Con sus manos en los bolsillos iba chocando con todo tipo de personas, la mayoría divertidas y con prisa. Ese no era el animo de Javier que había visto desvanecerse sus esperanzas con aquella chica por la que estaba tan loco. Quizás Javier solo pensaba en esa chica y no en las millones de chicas que había y que deambulaban como él por las calles de Madrid.

Sabemos mas que de sobra por la experiencia que es difícil salir de esos pensamientos nefastos y oscuros que nos encierran en nosotros mismos, trasformándonos en alguien mas de la masa que pasea por las calles de Madrid. Pero también sabemos por la experiencia que con el tiempo se sale. Pero Javier no lo sabia o no quería saberlo, aun en su corazón albergaba la esperanza de que ella le llamara aquella noche, para el tan oscura, y la llenara de colores vivos como el arco iris. Pero no iba a ser así y él lo sabia de sobra a pesar del anhelo que sentía.

Javier sentía muchas cosas mientras miraba al suelo lleno de vasos de burguer king y papeles de restaurantes que daban sus mejores ofertas para ir a cenar. sentía que le faltaba un trozo de corazón y pensaba que quizás apareciera alguien que se lo devolviera, pensaba en lo solo que estaba aquella noche y que quizás alguien le agarrara del hombro y le acompañara en su lento pasear, pensaba en lo mucho que se había esforzado y solo pensaba en que alguien necesitaba de nuevo su esfuerzo, pensaba en el dolor que sentía en el pecho y que le ahogaba en la garganta y le impedía tragar toda esa comida que a el tanto le gustaba.

De vez en cuando miraba hacia la calle con la vana esperanza de que ella viniera de frente corriendo hacia el, miraba al trafico con la confianza puesta en que quizás ella iba en aquel taxi que bajaba hacia Plaza de España y que ahora giraba a la derecha, miraba al cielo, como clamando un respiro a Dios con un suspiro lleno de emociones encontradas, miraba las paradas de autobuses esperando que en el próximo ella bajase radiante con su pelo moreno y le diera el mas largo y apasionado beso mientras se les caían las lagrimas que bañarían sus mejillas y sus cuellos.

Vanas esperanzas de Javier.
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A ratos Javier pensaba que era mejor así, se animaba a el mismo a seguir hacia delante, a olvidar a esa chica y el dolor que le causaba, pero era difícil mantener ese pensamiento de modo continuo. En esos momentos levantaba la vista y veía a una chica y soñaba con que quizás esa seria su nueva novia y cerraba los ojos y se la imaginaba besándola, rodeándola con sus brazos, pecho contra pecho, piel con piel, corazón con…medio corazón. Volvía a entristecerle la idea de que aun le faltaba medio corazón. En esos momentos en los que mantenía los ojos cerrados tropezaba mas a menudo con la gente que bajaba calle abajo, pero no le importaba, el se seguía sintiendo como el mendigo que duerme a la puerta de un cine abandonado cerca de Callao.

- eh, Javier, tío, que haces por aquí, colega, ¿pero tu no te ibas a quedar en casa con el Kike Jugando a la play?-

-OH no!, es lo que me faltaba, el Rodrigo, pensó Javier- Rodrigo era uno de los amigos últimos que hizo, junto con Kike antes de salir con Marta. Era un poco bocazas pero no era mala gente, le encantaba criticar a la gente y sacar defectos a todo el mundo, un hombre impasible con las mujeres pero que no podía vivir sin tener una cerca. La amistad con ellos se había ido deteriorando con el tiempo, mas con Rodrigo que con Kike, pero es una de las cosas que tiene salir con una chica, que ocupa parte importante de tu tiempo, pero estando con ella ese tiempo esta muy bien aprovechado.

- Ojeé, colega, hacia que no te veía un huevo. Mira ... (ver texto completo)