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LA NUEZ DE ARRIBA: . Los mismos perros con distinto collar. ...

. Tirar la casa por la ventana.
Tan contundente expresión nace de la costumbre que existía en el siglo pasado de tirar literalmente por la ventana los enseres del hogar cuando a alguien le tocaba la Lotería Nacional. Ésta nació en España bajo el reinado de Carlos III, quien la instauró por Orden de 30 de septiembre de 1763. Las primeras oficinas abrieron sus puertas al público en una casa de la plazuela de san Idelfonso, en Madrid. La estructura actual en décimos y sorteos periódicos fue instaurada en 1812 por las Cortes de Cádiz.

Me lo dijo un pajarito.
Las aves siempre han tenido fama de ser portadoras de malas o buenas noticias. Tanto en la Biblia como en la literatura clásica abundan alusiones que así lo certifican. Es más, el arte de predecir el futuro por el vuelo y el canto de las aves por partes de los chamanes es la muestra antiquísima de una conexión espiritual entre los pájaros y el hombre. Otro ejemplo más próximo a nosotros está representado por las palomas mensajeras, que tan valiosos servicios han prestado en las tareas de información. Todo ello explica la antigüedad de la frase me lo dijo un pajarito, que es utilizada para encubrir jocosamente el conocimiento de una noticia llegada por vía confidencial.

. Los mismos perros con distinto collar.
El padre de este dicho no es otro que el rey Fernando VII, según el escritor italiano Carlos Dembowski. Instiuda por la revolución liberal de 1820, la milicia de Madrid fue disuelta después de la entrada del ejército francés llamado de los Cien Mil Hijos de San Luis, dirigido por el duque de Angulema. Los milicianos fueron sustituidos por los guerrilleros realistas. Cuando éstos se presentaron por vez primera, formando ante palacio, Fernano VII se quedó totalmente anonadado al ver que las caras de aquellos nuevos soldados realistas eran las mismas de los milicianos liberales que acababa de licenciar. El monarca se volvió hacia el gentilhombre de guardia y le comentó socarronamente: “Pues hombre; son los mismos perros con otros collares”.
Desde entonces esta locución real se emplea para expresar el desencanto causado por alguna situación en la que, bajo apariencia de renovación, se mantienen vicios y defectos que se trataba de eliminar.