De acuerdo a la sabiduría de varios pueblos ancestrales, nuestro cuerpo y sus órganos sienten y piensan. Por ejemplo, en el conocimiento ancestral Inca todo es reciprocidad. Uno enferma cuando se llena de energía pesada debido a excesiva alimentación o por tener actitudes o pensamientos negativos que impiden el flujo normal de la energía. Por ello, en las curaciones se pide al individuo que se armonice mediante practicas apropiadas para que el flujo energético se equilibre y la parte del cuerpo afectada también se armonice y sane. Hubo muchos otros pueblos con creencias y practicas similares.
Así, tomando algunos casos de medicina ancestral llegamos a la conclusión de que los ancestros aceptaban a las partes de nuestro cuerpo como seres inteligentes y autónomos. Lo cual durante los últimos siglos, se tomó como franca superchería o superstición.
Así, tomando algunos casos de medicina ancestral llegamos a la conclusión de que los ancestros aceptaban a las partes de nuestro cuerpo como seres inteligentes y autónomos. Lo cual durante los últimos siglos, se tomó como franca superchería o superstición.