Hola Victoria, feliz día de Reyes,
Veo que sigues fiel a tu línea de cantar al amor a diestra y siniestra: ¡es estupendo! Yo sigo fiel a mis páramos, a mis caminos solitarios, a mis pueblos de Castilla y a todo lo que tenga carácter de trascendente, como pueden ser a veces ciertos aspectos del amor al que tú cantas.
El comentario de hoy viene a propósito de esta sentencia que citas de H. S. Sullivan, junto a muchas otras, que cae de lleno en lo que yo llamaba amor-Agapé, no como opuesto al amor-Eros sino como indispensablemente complementario de él para que el amor no fracase. ¡Lástima que desapareciera aquel articulito y me vea ahora obligado a explicarlo cada vez. Sí, en eso consiste precisamente el amor-Agapé, en llegar a sentir que las necesidades del amado son tan importantes como las tuyas propias.
Es curioso, porque la frase siguiente de Virgilio, la de las Bucólicas, yo la citaba para decir que no sabía bien Virgilio cómo se equivocaba. Virgilio hablaba, lógicamente, de amor-Eros y decía que el amor todo lo vence o todo lo conquista. ¿Cómo se puede decir eso cuando ni siquiera es capaz de vencer o de conquistar su propia subsistencia, y a veces ni siquiera por muy poco tiempo? Y si no que se lo pregunten a los implicados en esos 105.000 o 110.000 desamores, a esas 105.000 o 110.000 separaciones, rupturas, divorcios que existen cada año en España. ¡Y no hablo del mundo entero, sólo de España!, ese desamor que llena de decepción y de amargura a esos jóvenes que creyeron que su amor o su ardiente deseo era para siempre.
Y pasando todavía a la siguiente frase, la de Platón, también la citaba, pero con una variante: allí ese ser sagrado que dices, ese dios, habitaba en el amante, no en el amado. Yo antes de enviar aquella respuesta académica que quisiste leer a toda costa, leí de nuevo uno de los Diálogos de Platón, El Banquete, para ver cómo platón pone en boca de Fedro la siguiente reflexión (en traducción española, claro está): "el que ama tiene un no sé qué de más divino que el que es amado, porque en su alma existe un dios". Y yo comentaba: ¡claro, el dios del amor! Pero en el caso de ser un amor correspondido, los dos están en la misma situación ya que en el alma de ambos existe ese dios.
Jo, Victoria, diría muchas otras cosas, pero corto en seco antes de que se metan de nuevo conmigo. Chindasvinto
Veo que sigues fiel a tu línea de cantar al amor a diestra y siniestra: ¡es estupendo! Yo sigo fiel a mis páramos, a mis caminos solitarios, a mis pueblos de Castilla y a todo lo que tenga carácter de trascendente, como pueden ser a veces ciertos aspectos del amor al que tú cantas.
El comentario de hoy viene a propósito de esta sentencia que citas de H. S. Sullivan, junto a muchas otras, que cae de lleno en lo que yo llamaba amor-Agapé, no como opuesto al amor-Eros sino como indispensablemente complementario de él para que el amor no fracase. ¡Lástima que desapareciera aquel articulito y me vea ahora obligado a explicarlo cada vez. Sí, en eso consiste precisamente el amor-Agapé, en llegar a sentir que las necesidades del amado son tan importantes como las tuyas propias.
Es curioso, porque la frase siguiente de Virgilio, la de las Bucólicas, yo la citaba para decir que no sabía bien Virgilio cómo se equivocaba. Virgilio hablaba, lógicamente, de amor-Eros y decía que el amor todo lo vence o todo lo conquista. ¿Cómo se puede decir eso cuando ni siquiera es capaz de vencer o de conquistar su propia subsistencia, y a veces ni siquiera por muy poco tiempo? Y si no que se lo pregunten a los implicados en esos 105.000 o 110.000 desamores, a esas 105.000 o 110.000 separaciones, rupturas, divorcios que existen cada año en España. ¡Y no hablo del mundo entero, sólo de España!, ese desamor que llena de decepción y de amargura a esos jóvenes que creyeron que su amor o su ardiente deseo era para siempre.
Y pasando todavía a la siguiente frase, la de Platón, también la citaba, pero con una variante: allí ese ser sagrado que dices, ese dios, habitaba en el amante, no en el amado. Yo antes de enviar aquella respuesta académica que quisiste leer a toda costa, leí de nuevo uno de los Diálogos de Platón, El Banquete, para ver cómo platón pone en boca de Fedro la siguiente reflexión (en traducción española, claro está): "el que ama tiene un no sé qué de más divino que el que es amado, porque en su alma existe un dios". Y yo comentaba: ¡claro, el dios del amor! Pero en el caso de ser un amor correspondido, los dos están en la misma situación ya que en el alma de ambos existe ese dios.
Jo, Victoria, diría muchas otras cosas, pero corto en seco antes de que se metan de nuevo conmigo. Chindasvinto